PUERTO REAL (CADIZ), 26 May. (EUROPA PRESS) -
El comandante general de la República Bolivariana de Venezuela, Almirante Armando Laguna, aseguró hoy que EADS-CASA "ha resuelto" 57 de los 58 componentes menores para construir los 12 aviones que contrató su Gobierno a esta empresa y que se harán en la factoría de San Pablo de Sevilla,de manera que sólo falta el cuadrante donde se ubica la palanca de potencia del avión, "de fácil sustitución en el mercado europeo".
Tras la firma en los astilleros de Puerto Real (Cádiz) con el presidente de Navantia, Juan Pedro Gómez Jaén, para el inicio de los trabajos de construcción de los ocho patrulleros para su país, el Almirante Armando Laguna aseguró que los 12 aviones están "en proceso de evaluación" y que EADS-CASA "ha resuelto la licencia de exportación" de todos los componentes menores, a excepción del cuadrante, "pendiente de estar certificado".
Así las cosas, relató que en la última reunión con la empresa aeronáutica "se nos pidió tiempo adicional, ya que la primera unidad debía estar en junio, para solucionar el problema del cuadrante", una cuestión "en buen camino de resolución", apuntando a que el acta de inicio de los trabajos "se firmará en días futuros". En este sentido, insistió en que tras la "solución"" se establecerá un nuevo "cronograma".
El Comandante General de la República Bolivariana de Venezuela aclaró que estos aviones "no serán creados para la guerra", sino para "preservar la vida en el mar y de las comunidades indígenas más alejados de los centros poblados". En este sentido, servirán para "transporte y ayudar en nuestra misión de ruta social, esto es, dirigida a personas con necesidades".
El contrato entre EADS-CASA y el Ministerio de Defensa venezolano fue ratificado el 29 de noviembre del pasado año en Caracas (Venezuela) con el apoyo del entonces ministro de Defensa español, José Bono, y el presidente Hugo Chávez.
La operación ratificada por la compañía española y el Ejecutivo venezolano establecía la venta de 12aviones C-295 --ocho de ellos de transporte y cuatro de vigilancia oceánica-- por un importe total de 500 millones de euros. No obstante, la Administración norteamericana anunció que no autorizaba la transferencia de la tecnología que poseen las aeronaves, por lo que la empresa aeronáutica inició la búsqueda de las piezas de sustitución.