MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación en funciones, Josep Borrell, no se plantea retirar la acreditación diplomática al embajador de Venezuela, Mario Isea, tal como han reclamado opositores venezolanos en Madrid, porque España tiene Embajada en Caracas y porque cree que "hay que mantener cauces de comunicación" con el Gobierno que controla el territorio.
"Nosotros seguimos manteniendo una Embajada en Venezuela, y en correspondencia hay una Embajada de Venezuela en Madrid, es una situación difícil de administrar pero tenemos que vivir con eso", ha dicho a los periodistas antes de asistir a una conferencia en Casa América.
El Gobierno español reconoció el pasado mes de febrero al presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela, porque no consideró democráticas las elecciones de 2018 en las que Maduro renovó su mandato.
Sin embargo, al embajador designado por Guaidó, Antonio Ecarri, le designó representante personal y mantuvo la acreditación de Isea, evitando así medidas recíprocas contra el embajador español en Caracas. Además, desde hace seis meses, en la Embajada española se aloja como huésped el opositor Leopoldo López.
La situación se repite en los países de la UE que, como España, han reconocido a Guaidó, y Borrell ha señalado que no tiene planes de proponer cambios cuando sea alto representante de la UE para la política exterior.
"No creo que a nadie le interese cambiarla, tenemos que mantener cauces de comunicación y contacto con el Gobierno venezolano que, nos guste o no, hoy tiene el control del país, de la administración y del territorio", ha precisado.
Además, ha recordado que en Venezuela viven muchos españoles a los que el Gobierno tiene que atender --152.000, según datos del padrón-- y muchos que reciben pensiones --46.000 tienen más de 65 años y de ellos más de 20.000 superan los 85--.
"Estamos trabajando para que evolucione la situación política en Venezuela pero manteniendo un equilibrio difícil, que obviamente no gusta a ninguna de las partes", ha resumido el ministro en funciones.