Actualizado 11/06/2012 20:33

Venezuela.- El cáncer no ha podido alejar a Chávez de su deseo de ser reelegido presidente

Hugo Chávez
EUROPA PRESS/ESTUDIOS REVOLUCIÓN


CARACAS, 11 Jun. (Reuters/EP) -

Ni una prolongada huelga petrolera, ni un golpe de Estado, ni siquiera un cáncer han podido alejar del poder al presidente venezolano, Hugo Chávez, ni de su deseo de ser reelegido por segunda vez para continuar con el proyecto que comenzó en 1999 de conducir a esa nación petrolera a un estado socialista.

El militar retirado de 57 años, capaz de dar discursos de horas para repetir infinitamente el mismo mensaje contra el capitalismo, busca una nueva victoria electoral que le permitiría extender seis años más su Gobierno, una clara señal de que pese a su grave enfermedad no tiene la más mínima intención de claudicar.

Aun cuando tiene previsto inscribir este lunes su candidatura para los comicios del próximo 7 de octubre, la falta de información sobre su estado de salud mantendrá las dudas sobre el futuro del país y no cederán las especulaciones sobre el destino del hombre que agudizó la polarización en el país caribeño.

GOLPES Y HUELGAS

La historia política de Chávez está plagada de retornos fastuosos y reinvenciones. En abril de 2002, tras días de furibundas protestas, sufrió un golpe de Estado. Dos días después, estaba nuevamente en el poder listo para dar comienzo a un proceso de cambios políticos mucho más radical.

En 2007, sufrió una ajustada derrota en un referéndum constitucional con el que buscaba una serie de enmiendas a la Carta Magna, entre ellas la eliminación de los límites a la reelección presidencial. Muchos creyeron que era el principio del fin de su ciclo como presidente, pero poco después lanzó una consulta que le permitió introducir la reelección indefinida de todos los cargos de elección popular.

Ahora, afrontará lo que promete ser una reñida campaña frente al joven opositor Henrique Capriles Radonski, que representa a una coalición opositora y se muestra como un político enérgico que visita casa por casa a los venezolanos.

Chávez cuenta con el aparato de la propaganda oficial, una poderosa maquinaria que lo sigue día y noche, pero el cáncer limitaría su capacidad de hacer campaña de cuerpo presente, una poderosa arma política que ha sido clave para mantenerse en el poder durante trece años.

VELOCIDAD DE CRUCERO

Antes de que le fuera diagnosticado cáncer, Chávez no se detenía ni por un momento. Llevó su salud al máximo durmiendo dos o tres horas diarias, viajando sin parar en su moderno Airbus A-319 y tomando hasta 40 tazas de café al día para poder esparcir su influencia por el mundo, desde Bolivia hasta Siria.

"Estoy aquí asumiéndolo y así lo confieso al país, lamentablemente no seguiré siendo el caballo, a veces desbocado (...), prefiero la fuerza del búfalo antes que la del caballo", afirmó el mes pasado. "Ahora estoy trabajando según la ley manda ocho horas diarias, descansando, siguiendo una dieta", comentó en uno de sus constantes contactos telefónicos con la televisora estatal.

En los últimos meses, la huella del cáncer recorrió el rostro de un mandatario siempre expuesto a los medios: delgado y débil tras el primer post operatorio; con el rostro hinchado y el cabello rapado durante la quimioterapia; macilento y agotado tras su tercer paso por el quirófano en menos de un año.

"Dame tu corona Jesús, dame tu cruz, tus espinas que yo sangro, no me lleves todavía", expresó Chávez entre lágrimas el pasado mes de abril durante una misa por su salud el estado de Barinas, su tierra natal.

La salud de Chávez se ha convertido en el epicentro de todo en Venezuela. Sin embargo, el Gobierno socialista debe afrontar otros problemas como una inflación galopante, una crisis de los servicios públicos, índices de criminalidad brutales y problemas financieros en la estatal petrolera PDVSA, el corazón del modelo económico venezolano.

El líder socialista ha hecho reformas de todo tipo, como por ejemplo el cambio de nombre del país a República Bolivariana de Venezuela, gracias a la aprobación de la nueva Constitución en un referéndum celebrado en 1999. Además, agregó una estrella a la bandera y quitó 30 minutos al huso horario.

Pero sus estrategias más polémicas han estado ligadas a la nacionalización de millonarios proyectos petroleros y empresas de casi todas las industrias, con el objetivo de convertir a Venezuela, contra viento y marea, en un estado cien por cien socialista.

Chávez saltó a la palestra en 1992 cuando intentó dar un golpe de Estado contra el entonces presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez. Al verse acorralado y en inferioridad numérica, el joven teniente coronel exigió rendirse ante las cámaras de televisión y sólo necesitó de 32 segundos para iniciar un romance con los medios y el pueblo.

"Lamentablemente, por ahora los objetivos que nos planteamos no fueron logrados (...) no logramos controlar el poder", dijo Chávez el 4 de febrero de 1992.