Actualizado 07/10/2018 20:54

Los votantes brasileños reconocen la polarización social que domina los comicios

Votación brasil 2018
HÉCTOR ESTEPA / EUROPA PRESS
  

   "Petistas" y "Antipetistas" chocan opiniones tras depositar su voto

   RÍO DE JANEIRO, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Un Brasil muy polarizado y hastiado de la clase política ha acudido a las urnas este domingo para elegir presidente, gobernadores, asambleístas y representantes regionales.

   Desde muy temprano este domingo hubo debate en las calles de una soleada Río de Janeiro. Las enconadas discusiones en las cafeterías, los bares, las playas e incluso las puertas de los centros electorales han sido constantes en los últimos días.

   "Lo peor que puede hacer un pobre en Brasil es votar al candidato de los ricos. Eso es no tener conciencia de clase. Hay muchos que no recuerdan lo que les ha sido dado en los últimos 15 años", decía en una céntrica calle de la urbe costera el contable Guilermo Sousa.

   Apoya al académico Fernando Haddad, el candidato izquierdista del Partido de los Trabajadores (PT) del ex presidente Luis Inácio Lula Da Silva (2003-2011), condenado a 12 años de prisión por corrupción pasiva y blanqueo de fondos. Haddad cuenta con un 25 por ciento de intención de voto para la presidencia, según el último sondeo del instituto Datafolha, publicado este sábado.

   Su formación se mantiene fuerte en el regiones como el noreste del país, donde las políticas sociales lideradas por Lula han tenido un fuerte impacto en la población y sacó a millones de la pobreza, pero ha perdido la fortaleza electoral de antaño debido al descontento de parte de los brasileños con sus políticas económicas y, sobre todo, con las corruptelas que han despojado al partido de varios de sus líderes.

   "Vamos a buscar ampliar más allá de los partidos nuestra alianza, para los brasileños y brasileñas, independientemente de su partido, que quieran contribuir a la reconstrucción democrática del país", ha dicho Haddad, que propone subir los impuestos a los ricos, bajárselos a los pobres, y un plan de obra pública financiado con reservas internacionales, tras ejercer su voto en Sao Paulo, consciente de la necesidad de pactos.

ENFRENTADOS

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   La corrupción ha afectado a políticos de la mayoría de formaciones e ideologías, pero el líder de todos los sondeos, el ex militar ultraderechista Jair Bolsonaro, parece haber permanecido al margen de los negocios bajo la mesa. Así ha vendido su candidatura, que cuenta con el 40% de intención de voto, según el sondeo de Datafolha publicado este sábado.

   "Toda mi familia va a votar a Bolsonaro. Es la única y la última esperanza de corregir los fallos de nuestro país. Tiene a los políticos desmoralizados. Él es el último reducto incorruptible de Brasil", señala Jaime Gimaraes, un veterano seguidor del ex militar.

   Porta una camiseta con la cara impresa de su candidato predilecto. Votará al candidato ultraderechista no sólo para regenerar la política, dice, sino porque está preocupado por la violencia que se vive en un país que registró en 2017 al menos 63.880 homicidios, rompiendo su récord por tercer año consecutivo.

   "Bolsonaro va a parar la violencia. En Brasil, a diferencia de otros países serios, la policía no es respetada. En otros países cuando la policía da el alto a un individuo, este se para, porque sabe que será apresado si no lo hace. La Policía ese poder en sus manos conferido por el Estado para mantener la disciplina. Aquí en Brasil no. Aquí un agente puede acabar procesado por cualquier cosa", apunta Guimaraes.

   Bolsonaro apuesta por empoderar a la Policía, aumentar las penas para homicidas y narcotraficantes, la castración química de los violadores e iniciar un registro de armas para que la población de a pie se defienda.

   "Hay que encomendarse a Dios y pedirle más sabiduría para hacer un Brasil diferente", dijo el candidato tras ejercer su voto en una escuela municipal de Río de Janeiro.

   Ha sido tachado por sus críticos como machista, racista y homófobo. Algunas de sus declaraciones han causado especial polémica. A una diputada del PT que le tildó de "violador", por supuestamente incentivar dicha práctica, le respondió que "jamás la violaría, porque no lo merece". Pronunció la frase en 2003 y volvió a repetirla en 2014.

"Todas las acusaciones que le hacen a Bolsonaro se las podrían hacer a Lula, que es un tremendo ladrón", zanja Guimaraes, mientras se aleja, removiendo las papeletas electorales vertidas en el suelo del barrio de Ipanema, una zona acaudalada de Río de Janeiro.

   Los panfletos, pegatinas y demás parafernalia electoral han regado este domingo las calles de la urbe carioca. Muchos candidatos no han querido perder la oportunidad de dar su último empujón a la campaña.

   Han podido verse también personas sosteniendo banderolas y había quien iba a votar con la camiseta repleta de propaganda de sus candidatos favoritos, algo que puede invalidar el sufragio.

   Ha habido incluso quien ha decidido expresarse desde el mismo balcón de su casa. "¡Él no! Abajo el fascismo", podía leerse en una sábana rociada con pintura negra, dirigida a Bolsonaro y colgada en un balcón de Ipanema.

UN RECUERDO A GÓMES

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   Abundaron también en los centros electorales de Rio quienes apostaron por el tercer candidato en liza, el centroizquierdista Ciro Gómes, que cuenta con un 15 por ciento de intención de voto en la encuesta de Datafolha y ha remontado considerablemente en los últimos días.

   "Voy a votar a Ciro para evitar la polarización exacerbada que existe en Brasil. Tiene experiencia y puede conducir el país a un rumbo mejor. Bolsonaro es una figura extremista, que no tiene educación ni compromiso con la democracia. Ha apoyado la censura. Haddad por su parte carga con la mochila de los gobiernos del PT, que han producido avances, pero también causaron problemas que aumentaron el 'antipetismo'", comenta Daniel Sanfelici, un estudiante, a la puerta de un centro de votación.

   "Es el único que puede derrotar a los dos extremistas que van ganando. Tiene un plan para revisar nuestros pagos de deuda externa, educación integral para los pobres y una ficha limpia de corrupción", señala también Roberta, una joven instructora de surf.

   Si, como se prevee, ninguno de los candidatos alcanza el 50 por ciento de los votos, las urnas volverán a abrirse el próximo 28 de octubre para una segunda vuelta.