Actualizado 05/09/2018 11:48

80 años de la Masacre del Seguro Obrero, la jornada que marcó la política chilena

LA MASACRE DEL SEGURO OBRERO
WIKIMEDIA
   

   SANTIAGO DE CHILE, 5 Sep. (Notimérica) -

   El año 1938 estaba previsto celebrar elecciones presidenciales en Chile. Estaba previsto que, después de seis años en el cargo, Arturo Alessandri dejara la Presidencia del país en aquellos comicios. Sin embargo, un terrible suceso cambió el devenir político de los años siguientes: la conocida como la 'Masacre del Seguro Obrero'.

   El 5 de septiembre de 1938, cuando Alessandri desempeñaba su segundo mandato, tuvo lugar un ataque contra miembros golpistas del Movimiento Nacional Socialista (MNS) --popularmente conocidos como "los nacis"--, un grupo formado por Jorge González von Marées en abril de 1932 en el contexto del surgimiento y extensión de los movimientos fascistas de entreguerras en Europa.

   Este movimiento creció rápidamente y logró cierta visibilidad en la época, llegando incluso a ganar tres escaños de diputados en las elecciones de 1937. De esta manera, en los comicios de 1938 habría tres rivales políticos, cada uno con programas muy diferentes entre sí.

   Desde el oficialismo se presentaba a Gustavo Ross, apoyado por la derecha como un eventual Gobierno de continuidad. Por otro lado, Pedro Aguirre Cerda fue el candidato del Frente Popular, coalición creada en 1936 que agrupaba a diversos partidos de centro-izquierda. El tercer candidato era Carlos Ibáñez del Campo, apoyado por la Alianza Popular Libertadora, formada por el MNS, la Unión Socialista y los ibañistas independientes.

   Pero durante 1938 se especulaba que lo más probable era la victoria de Gustavo Ross, el candidato oficialista. Debido a esta situación, en las filas de "los nacis" empezó a plantearse la posibilidad de generar un golpe de Estado que derrocara a Alessandri y llevara al Ejército a asumir provisionalmente el poder.

WIKIMEDIA

   El 4 de septiembre de 1938 se realizó en Santiago la 'Marcha de la Victoria', una concentración masiva de apoyo a Ibáñez desde el Parque Cousiño hasta el centro de la capital chilena, en la que participaron más de 100.000 personas. El día siguiente, 5 de septiembre, era la fecha elegida para llevar a cabo el golpe.

   La Universidad de Chile y el edificio de la Caja del Seguro Obrero eran los lugares más apropiados para tomar, pues eran los edificios más complicados para que la Policía pudiese realizar una contraofensiva. De esta forma, en el acto solo se reclutaron 30 hombres en cada edificio, al tiempo que se intervinieron las comunicaciones y la electricidad en la capital. Se consiguió que la señal llegara a la radio, en la que se proclamó públicamente la revolución.

   Al mediodía del 5 de septiembre, 30 jóvenes bajo el mando del teniente de las Tropas Nacistas de Asalto (TNA) Gerardo Gallmeyer Klotze entraron al edificio del Seguro Obrero y comenzaron a cerrar la puerta del edificio, pero el mayordomo del edificio trató de impedirlo. El cabo de Carabineros José Luis Salazar Aedo, alertado por una señora, acudió en ayuda del mayordomo, creyendo que se trataba de un asalto.

   "Los nacis" respondieron y dispararon contra Salazar, quien moría algunos minutos después frente al edificio de la Intendencia, desatando la alerta pública. Simultáneamente, el otro grupo ocupaba la Casa Central de la Universidad de Chile, cerrando todos los accesos y tomando como rehén al rector Juvenal Hernández.

WIKIMEDIA

INTERVENCIÓN DEL GOBIERNO

   Por el lado opuesto, el presidente Alessandri convocó a las autoridades militares y policiales. Encargó al general director de Carabineros, Humberto Arriagada, controlar la situación en la Caja del Seguro Obrero. En la intervención del edificio se produjo un intercambio de balas que, además, se agravó con la confusión que produjo la llegada del Regimiento Buin, supuestos aliados de "los nacis".

   Sin embargo, las tropas pro-ibañistas reforzaron a la policía, tomando posiciones y disparando sobre el edificio. Mientras "los nacis" intentaban resistir, los carabineros fueron lentamente abriéndose paso a través de los primeros pisos y obligándolos a retroceder. Finalmente, Carabineros y militares lograron la rendición de los últimos grupos de "nacis" que aún continuaban resistiendo.

   Ya desarmados, los golpistas capturados fueron puestos contra la pared del sexto piso, todos con las manos en alto mientras un pelotón de armas les apuntaba al cuerpo. Acto seguido, tras recibir la orden de que no había que dejar supervivientes, los Carabineros y militares fusilaron a 59 nacistas de los 63 que protagonizaron el intento de golpe.