Actualizado 29/03/2017 16:43

ACNUR denuncia el "olvido en la realidad internacional" de la crisis migratoria de Centroamérica

   MADRID, 11 Oct. (Notimérica) -

   En el mundo existen 65 millones de refugiados de los cuales el 12 por ciento vive en América. Dentro de este continente, la región centroamericana es la que más refugiados y desplazados forzosos posee, con 8.000 personas consideradas solamente como refugiadas, según datos de 2015.

'Refugiados y desplazados forzosos en América Latina' ha sido el tema que diversos representantes de organizaciones e instituciones de la región de América Latina han abordado en una ponencia organizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Casa de América en Madrid.

   Tras la declaración de Nueva York sobre migrantes y refugiados del pasado 19 de septiembre, que ha marcado un compromiso político sin precedentes y ha llenado una prolongada brecha en el sistema de protección internacional sobre la responsabilidad compartida en la cuestión de los refugiados y migrantes, se debe llegar a un "pacto global", por el que han abogado en esta mesa redonda algunos expertos.

   El representante regional para América Central, Cuba y México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), José Samaniego, ha explicado que "el problema migratorio de los refugiados en Medio Oriente ha eclipsado todas las demás crisis también migratorias que tienen lugar en África, Asia y América Latina".

   Estas regiones "han sido olvidadas en la realidad internacional", y el hecho es que un alto porcentaje --12 por ciento-- de los refugiados mundiales pertenecen a América Latina.

   Dentro de esta región se han mencionado casos concretos como el de Colombia, que tiene la mayor cifra de desplazados internos con un total de 6,4 millones debido al conflicto; o el del Caribe, que ha sido duramente azotado por motivos climáticos donde solamente en esta región centroamericana residen de 134.000 a 200.000 haitianos apátridas.

   En cuanto a las razones climáticas que obligan a miles de personas a desplazarse cada año, países como El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Guatemala se sitúan como cuatro de los 15 países más propensos a sufrir estos riesgos.

"América Latina entera tiene un papel muy significativo en la respuesta para la protección de personas refugiadas y apátridas que recordamos con la declaración de Cartagena --que recoge las conclusiones y recomendaciones adoptadas por el Coloquio realizado en 1981 en México sobre Asilo y Protección Internacional de Refugiados en América Latina, que estableció importantes criterios para el análisis y consideración de esta materia--", ha apuntado Samaniego.

Cada diez años los países latinoamericanos se reúnen para hacer un principio de reconciliación sobre este tema migratorio. El último tuvo lugar en Brasilia, donde se acató el compromiso de trabajar juntos con estrategias concretas.

AMÉRICA CENTRAL

   La situación en América Central es la de personas que vienen de otras regiones y continentes, así como la de personas que salen de países del sur de la región dirigiéndose a países del norte. Centroamérica posee una tremenda migración humana y económica.

   La economía de esta región, sobre todo en la zona del 'corredor sec'o alcanza a un siete por ciento de la población que vive bajo el umbral de la pobreza con menos de 1,25 dólares al día, tal y como ha apuntado la responsable de la Unidad de América y Cooperación Internacional de la Cruz Roja, Gabriela Perullo.

   Los desplazamientos forzosos son multicausales, es decir, se producen por principalmente tres factores: la violencia, la situación económica y la familia. En cuanto al motivo principal: la violencia, los índices reflejan altos porcentajes desde hace prácticamente una década.

   En 2014 llegaron entre 60.000 y 70.000 menores no acompañados a la frontera con Estados Unidos procedentes del Triángulo norte: El Salvador, Honduras y Guatemala y 108.000 personas entre refugiados y solicitudes de asilo pendientes.

   Las solicitudes de asilo procedentes de estos países han ascendido hasta alcanzar la cifra de 55.000, de las cuales Estados Unidos sigue siendo el principal destino, además de otros como Costa Rica, Nicaragua, México y Belice.

   A pesar de que el desplazamiento forzoso es un problema que envuelve a muchos países de la región, el desplazamiento interno ocupa el núcleo del problema por ser el del que menos protección, información ylegislación se dispone.

   Aunque falten cifras de los demás países del Triángulo Norte, Honduras es el único del que gracias a los últimos datos recogidos por ACNUR, se conoce que 174.000 personas se desplazaron dentro del país.

   En cuanto a El Salvador, ACNUR y otras instituciones han iniciado un proceso para llevar a cabo un recuento de sus desplazados internos para poder empezar a regular esta situación.

IMPACTO DE LA VIOLENCIA

   La violencia en América Central está causada principalmente por las pandillas o maras --Salvatrucha, Barrio 18, etc-- que poseen entre 32.000 y 60.000 miembros activos.

   Se financian principalmente a través de la extorsión y son responsables del 65 por ciento de los asesinatos. "Para ser exactos 150.000 personas han sido asesinadas porpandillas en los tres países que forman el Triángulo Norte".

   Las personas que son víctimas de las maras sufren el reclutamiento forzado, los secuestros, la violencia sexual y el desplazamiento forzado. Concretamente, cada víctima suele sufrir un tipo de abuso, los niños, niñas y adolescentes son víctimas de reclutamiento, sobre todo cuando dejan de ir a la escuela. También las mujeres y adolescentes sufren la trata y explotación sexual.

   Por otra parte, los que buscan huir de sus países también son víctimas de estas pandillas que les reclutan y extorsionan. Asimismo, la discriminación a las personas pertenecientes al colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y personas Transgénero (LGBTI), propenso a ser asesinado o ser víctima de crimen y odio.

   Los testigos de crímenes, periodistas, miembros de Organizaciones No Gubernamentales (ONG), defensores de los Derechos Humanos, autoridades locales y campesinos son otros sectores a los que las pandillas que operan en el Triángulo Norte atacan con frecuencia.

   En cuanto a la extorsión, los transportistas y empresarios son también víctimas de este tipo de crimen organizado de los cuáles substraen sobretodo un beneficio económico.

    Solamente en Honduras, el 82 por ciento de las muertes son por asesinato, porcentaje del cual el 27 por ciento es de jóvenes entre 15 y 24 años. Por otra parte y en cuanto a las agresiones, Perullo ha indicado que los abusos entre el 30 y el 40 por ciento de niños, niñas, maestros y maestras los han sufrido en la escuela.   

EL CAMINO MÁS PELIGROSO

   El camino que conduce a estos desplazados forzosos huyendo de la violencia en sus países de origen hacia Estados Unidos es uno de los más peligrosos del mundo que cada año utilizan hasta 400.000 personas.

   Aproximadamente un 58 por ciento de los niños que salieron de sus países y fueron detenidos en la frontera estadounidense fueron víctimas de violencia sexual. En cuanto al porcentaje de mujeres, un 100 por cien huyen por no disponer de protección y un 64 por ciento han sido en algún momento objeto de amenazas. Al año se producen 1.000 asesinatos y 2.500 desplazamientos de mujeres.

   La respuesta regional ante este drama humano es la cooperación regional, la de los países centroamericanos y norteamericanos y la del Cono Sur que se ha tratado en San Diego en el último encuentro que abordó este tema.

   La solución para que dejen de producirse los desplazamientos forzosos recae en los países en los que la violencia afecta directamente, que trabajen contra ella y la derroten desde dentro.

   Los dos principales desafíos para combatir esta problemática, que además de afectar a América Latina, afecta a gran parte del mundo, son romper el desplazamiento y asegurar una protección. "No solamente afectados, sino todos los de la región de América Latina deben trabajar para combatirlo", ha asegurado Samaniego.

   Sin embargo, tal y como ha recordado el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro, si no se coopera existe el riesgo de una "crisis mayor" y de que haya un "gran coste", principalmente humano para los países de la región y sobre todo los de origen, en las próximas décadas.