Publicado 06/06/2019 16:53

Un acuerdo de paz llega al sur de México para poner fin a las disputas entre dos comunidades indígenas rivales

Un acuerdo de paz llega al sur de México para poner fin a las disputas entre dos comunidades indígenas rivales
REUTERS / EDGARD GARRIDO - Archivo

CIUDAD DE MÉXICO, 6

   Tras varios años de disputas en la región montañosa de Chiapas, dos comunidades indígenas rivales han alcanzado un "acuerdo de paz y reconciliación" con objeto de poner fin a la ola de violencia que ha dejado 34 muertos en lo que va de año.

   De acuerdo con el responsable federal de la oficina de Derechos Humanos del Gobierno de México, Alejandro Encinas, para este pacto ha sido cruzial "la voluntad política" de las comunidades Aldama y Chenalhó, ya que este se trata del primer acuerdo de la historia.

   Habitada por tzotziles y tzeltales --grupo étnico más grande de la región montañosa--, estos indígenas que han vivido durante años limitados a sus respectivas comunidades, van a gozar gracias a este acuerdo de libertad de tránsito en rutas que conectan a ambos territorios.

   Además, gracias a las negociaciones también podrán disfrutar en el ámbito social de servicios de salud, programas sociales y brigadas juveniles. Aunque este acuerdo también reserva un espacio para la educación con la apertura de una sede local de la Universidad Benito Juárez en el Estado de Chiapas, la nueva red de universidades públicas que pretende atender a 300.000 estudiantes marginados.

   Según Encinas, con este trato se pretender "reconstruir el tejido social y alcanzar la tolerancia" intercomunitaria que desapareció en la década de 1970 a causa de una modificación parcelaria vinculada a una reforma agraria.

   El pasado 2016, decenas de familias de la comunidad de Aldama se vieron obligadas a volver a esta región montañosa y, desde entonces, han denunciado constantes ataques armados que resonaron la semana pasada en una de las conferencias matutinas del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

   Por su parte, el mandatario reaccionó impulsando la firma de un "convenio de no agresión". En esta línea, detalló en nombre del pueblo que "no deseamos más violencia, no más derramamiento de sangre, ni enfrentamientos con armas".