Publicado 16/07/2019 17:34

Las aguas cristalinas del Lago Atitlán ya son historia y ahora sus residuos enfrentan a un pueblo en Guatemala

Un hombre anda en el Lago de Atitlán, cerca de Guatemala
Un hombre anda en el Lago de Atitlán, cerca de Guatemala - REUTERS / JORGE LOPEZ - Archivo

   CIUDAD DE GUATEMALA, 16 Jul. (Notimérica) -

   Las aguas residuales amenazan a la principal fuente de beneficios económicos del departamento guatemalteco de Sololá, el Lago de Atitlán. La solución es la construcción de un megacolector, sin embargo, esta podría terminar enfrentando a sus habitantes.

   Desde la última década, la reserva más grande de agua dulce de la región y cuyas aguas antes eran cristalinas, se ha convertido en algas, aguas residuales, bacterias y virus que están repercutiendo muy negativamente en la salud de las más de 300.000 personas que se nutren de ella.

   Los casos de diarrea crónica han aumentado de forma alarmante y ya afectan a un 50 por ciento de la población. Además, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN), la mitad de los niños que habitan en la cuenca del lago padecen desnutrición crónica por el uso y consumo de aguas contaminadas.

   Debido al malestar de gran parte de la población concienciada con la preservación del medio natural, nace 'Amigos del Lago de Atitlán'. Desde 2009, esta asociación está trabajando para brindar agua limpia a los habitantes de la cuenca.

   El pilar fundamental del proyecto es la construcción de un colector. Se trata de "un sistema para limpiar el lago" que, "comenzará con drenajes en los poblados urbanos" para separar las aguas contaminadas de las aguas de lluvia y, finalmente, conducirlas "a un sitio de tratamiento final".

   Grosso modo este sería el objetivo del proyecto, sin embargo, la asociación propone sacar una rentabilidad del mismo, utilizando las aguas residuales para generar energía eléctrica y renovable.

   Si el lago actualmente es la fuente de ingresos de muchos guatemaltecos, la inversión aumentaría las dimensiones de estos teniendo en cuenta que se garantizaría la continuidad del agua como recurso, además del beneficio obtenido de la energía generada y del aumento del flujo turístico de la zona.

El costo del proyecto asciende a los 200 millones de dólares y el presidente del país, Jimmy Morales, apoyó su desarrollo en octubre de 2018 y su decisión sobre la viabilidad del préstamo estaría a punto de ser decidida por el Congreso.

   Sin embargo, el megaproyecto no tiene el visto bueno de gran parte de la comunidad de la cuenca del lago. Su oposición al colector y lo que este conllevaría la justifican con su temor a que los beneficios del proyecto no reviertan en la población.

   Por el momento, las cianobacterias --microorganismos que descomponen el agua y producen toxinas nocivas-- continúan aumentando mientras que no se tomen medidas y no será hasta el anuncio del Congreso cuando se avance un paso en la viabilidad final del proyecto.