Actualizado 15/03/2013 13:58

Francisco pide a los cardenales no caer en el pesimismo y transmitir su sabiduría a los jóvenes

ROMA, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Papa Francisco ha pedido a los cardenales electores y no electores, reunidos en la Sala Clementina, que no cedan al pesimismo, porque "es muy peligroso, es una tentación", y les ha instado a que todos los días encuentren la valentía de llevar el Evangelio "a los cuatro ángulos de la Tierra".

También les ha recordado que la mitad de ellos están en la vejez y que deben transmitir la sabiduría de esa vejez a los jóvenes. Así, ha recordado que "la vejez es el tiempo de la sabiduría de la vida", que "como el buen vino, mejora con los años", y el "tiempo de la tranquilidad y de la oración".

Por otro lado, el nuevo Pontífice ha destacado "la cercanía entre todos los cardenales, que ha hecho mucho bien a todos y la amistad y la apertura mutua que "ha facilitado la escucha del Espíritu". "El Espíritu Santo crea las diferencias, la originalidad, parece Babel, pero crea también la unidad", ha subrayado.

Igualmente, el Santo Padre ha manifestado su deseo de poder, junto a los cardenales, "servir a la Iglesia con humildad y amor" y ha recordado las palabras de Benedicto XVI: "Es Cristo quien guía a la Iglesia por medio del Espíritu Santo. Él es el alma de la Iglesia que hace un cuerpo solo". "Cristo es el único salvador de todos los hombres y este anuncio es válido hoy como fue al inicio del cristianismo", ha añadido.

De hecho, el Pontífice ha recordado, con "afecto y gratitud", que el Papa emérito Benedicto XVI ha prendido una llama en el corazón de todos y que esa llama seguirá ardiendo "gracias a la oración" y ha relatado que "ha vivido el ministerio con humildad y mansedumbre". "Ha sido sabio y humilde, con la mirada hacia Cristo, Cristo Resucitado", ha señalado.

Francisco ha querido agradecer los trabajos para el Cónclave que le ha elegido 266 Papa de la Iglesia Católica al camerlengo, el cardenal Tarcisio Bertone, y al cardenal Giovanni Battista Re y también ha tenido un recuerdo para los cardenales enfermos que "han ofrecido sus sufrimientos" y, en especial, para el cardenal argentino Jorge María Mejía, que sufrió un infarto y que se recupera en la residencia Pío XII de Roma.

Antes de impartir la bendición apostólica, el Papa Francisco ha confiado a María su ministerio y el ministerio de los cardenales para que refuerce la unidad, perseveren en la oración y testimonien la presencia del Señor.

Antes de sus palabras, el decano del Colegio, el cardenal Angelo Sodano, ha agradecido al Señor "el don que ha dado a su Iglesia al darle un nuevo pastor" y también ha mostrado su agradecimiento al Papa Francisco por "aceptar con corazón grande y generoso la invitación del Señor" a ser el buen pastor. Además, Sodano ha remarcado que "el Espíritu Santo lo acompañará y lo iluminará" porque ese espíritu "rejuvenece la Iglesia y continuamente la renueva".

El Papa Francisco, que sigue presentándose con sotana blanca y sin estola, y con su cruz de plata de obispo como único ornamento, ha saludado uno a uno a todos los miembros del colegio cardenalicio al finalizar su discurso.