Publicado 23/01/2019 12:07

Ansiedad, miedo y mayor riesgo de violencia acechan a los migrantes atrapados en México

Migrantes centroamericanos en Tijuana
CRISTOPHER ROGEL BLANQUET/MSF

   MSF denuncia que la represión y las restricciones de asilo empujan a los migrantes a rutas clandestinas y caer en manos de las mafias

   MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Miles de migrantes centroamericanos han quedado varados en México en su viaje hacia Estados Unidos, expuestos a un mayor nivel de violencia a manos de los grupos armados que operan en el país y sumidos en un gran nivel de estrés y ansiedad por lo vivido durante el trayecto y por lo que les pueda deparar el futuro, según ha alertado este miércoles Médicos Sin Fronteras (MSF).

   Muchos de los que se encuentran en Tijuana, en la frontera con Estados Unidos y donde MSF tiene desde noviembre un equipo de emergencia para atender sus necesidades médicas, llegaron con las caravanas de migrantes que llegaron en los últimos meses de 2018 pero "los migrantes continúan llegando a la frontera", subraya el coordinador general de MSF en México, Sergio Martín, que precisa que "!llegan personas que han sido deportadas y otras que esperan la resolución de sus peticiones de asilo".

   Todos ellos, subraya, "en vista de las actuales restricciones y el aumento de seguridad en la frontera, se encuentran atrapados en México en condiciones precarias y en riesgo de ser víctimas de las bandas y el crimen que operan en la zona".

   A MSF le preocupa particularmente la salud mental de los migrantes ante la violencia que han experimentado tanto en sus países de origen como en el tránsito por México. Según Alberto Macín, psicólogo de la ONG, "de cada 10 pacientes atendidos por nuestros equipos, nueve han sufrido algún tipo de tortura psicológica o física".

   Según explica el psicólogo de MSF, las condiciones en los centros de acogida y asentamientos en los que se encuentran los migrantes "no son adecuadas" ya que hay falta de agua, de letrinas y ello ha provocado problemas de higiene y de salud. "Encontramos síntomas como ansiedad, estrés agudo y algunos casos de estrés post-traumático que se ven agudizados por el entorno, las condiciones de hacinamiento y la falta de sueño", destaca Macín.

   A esto hay que añadir el miedo y la ansiedad que tienen todos ellos de ser detenidos, separados de sus familiares y retornados a sus países de origen, donde sus vidas peligran. Además, el personal de MSF también ha detectado casos de violencia sexual que afectan principalmente a las mujeres.

   Según explica la ONG, la violencia sexual es un problema en México, donde las bandas criminales que se dedican a la trata de personas y a la explotación sexual suelen tener a la población migrante, "que no es visible y por tanto es doblemente vulnerable", como uno de sus objetivos.

   Los migrantes atrapados también presentan problemas de salud, principalmente infecciones de las vías respiratorias altas, enfermedades diarreicas y enfermedades crónicas, como diabetes e hipertensión, entre otras, según MSF.

CADA VEZ MÁS EXPUESTOS

   Así las cosas, la organización humanitaria denuncia que "las acciones represivas y las restricciones en la concesión de asilo no hacen otra cosa que exponer aún más a estas personas que huyen de la pobreza y la violencia a las amenazas que enfrentan en México, a recurrir a rutas clandestinas y caer en manos de traficantes de personas" lo que pone en riesgo sus vidas.

   El fracaso en el intento no disuade a muchos centroamericanos a intentarlo de nuevo, a juego de arriesgar su vida. José Alberto, de 38 años y originario de Honduras es uno de ellos. "Hace cuatro años, lo intenté pero me secuestraron en el norte, estuve encerrado siete días, hasta que logré escapar", ha contado a MSF. Ahora, se encuentra nuevamente en México, donde llegó con la primera caravana que partió desde Honduras el pasado septiembre.

   "Me vine porque estaba amenazado por las pandillas. No hay empleo y está muy pesada la corrupción", explica. "Mataron a tres de mis hermanos. Mi hermana está pidiendo asilo con sus hijos porque también están amenazados", añade.

   En su país ha dejado a su esposa y sus tres hijos. "Pasamos mucha hambre. Cuando me fui, me fui llorando, amo mucho a mi esposa y mis hijos. Mi plan es llegar a Estados Unidos", confía.