BUENOS AIRES, 8 Ene. (Notimérica) -
Mario Matías Sebely, un argentino de 29 años, pasará a formar parte del libro Guinness de los Records al ser la persona más joven del mundo en dirigir un hospital público y, además, sin ser médico.
Sebely, originario de la ciudad de Leandro N. Alem, en la provincia argentina de Misiones, coordina el Hospital Samic de su pueblo desde hace tres años, tras convertirse en presidente de la cooperadora del centro asistencial, según publica 'Clarín'.
El reconocimiento oficial tendrá lugar el próximo 21 de enero y representará el premio a una acción que se inició hace casi una década.
En 2010, ya fue elegido como uno de los diez jóvenes sobresalientes de Misiones por la Cámara Junior Internacional, y años atrás, fue distinguido por su esfuerzo como presidente de uno de los bloques del Parlamento Juvenil.
Además, Sebely señala en su currículum que en 1997, cuando sólo tenía doce años, trabajó en la radio como colaborador de un programa de deportes y al año siguiente fue el productor y conductor.
Desde muy temprana edad, este joven argentino ingresó en política con la coalición política Frente Renovador -aliados del 'kirchnerismo'-, fue candidato a concejal en 2009 y dos años después disputó la intendencia de su ciudad.
Sin embargo, no sólo es director del Hospital Samic y presidente de sus empresas, sino que el Gobierno le nombró coordinador general del Consejo Provincial de Reinserción Social del Liberado, una institución que intentará reinsertar laboralmente a las personas que salen de las prisiones tras cumplir su condena.
En su gestión en el Samic, ha conseguido terminar el pabellón materno-infantil iniciado hace casi 20 años, montar nuevos quirófanos, crear un nuevo laboratorio de análisis clínicos y un hogar para personas mayores sin techo, entre otras muchas acciones.
El joven Sebely ha asegurado que continuará trabajando "con el apoyo de las 300 personas" que le acompañan en el hospital "para obtener beneficios que van a quedar en Alem".
Su última actuación fue la donación desde Estados Unidos de un tomógrafo valorado en 400.000 dólares, un equipo del que el hospital carecía hasta el momento.
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