Actualizado 31/08/2018 20:07

La 'Biopiratería', el saqueo de los recursos de los pueblos indígenas

Indigenous people of the Pareci community walk in the woods in the village of Wa
REUTERS / UESLEI MARCELINO

   MADRID, 31 Ago. (Notimérica) -

   Desde el colonialismo, los "conquistadores" de América han expropiado el conocimiento y la biodiversidad indígena sin pagar regalías. Actualmente, la globalización y el crecimiento exponencial que muchos de los mercados de América Latina están viviendo, han provocado que los recursos indígenas estén siendo aprovechados de manera masiva para beneficio privado y, en la mayor parte de los casos, sin retribución.

   Este "aprovechamiento" es lo que hoy en día se conoce como 'biopiratería', referido al acceso, uso y aprovechamiento ilegal, irregular o inequitativo de recursos biológicos y sus derivados. La problemática, lejos de ser únicamente un tema económico, abarca temáticas de índole ambiental y de soberanía estatal.

   En lo referente a la biodiversidad, debe tenerse en cuenta que esta "tiene una relevancia estratégica para el desarrollo sustentable del país, el bienestar y la seguridad alimentaria. La biodiversidad genera valiosos servicios ecosistémicos y beneficios, tales como: la regulación hídrica, climática, prevención de erosión, es la base del desarrollo turístico", recoge un informe publicado en 2016 por el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual, en palabras declaradas en el Foro Internacional de Biodiversidad de 2014.

   Pero además, y como establece la citada entidad, el "acceso ilegal a los recursos genéticos endémicos afecta la soberanía del país y conlleva la reproducción del modelo económico primario - exportador (...) impidiendo a los Estados administrar su biodiversidad en favor del interés público". De esta manera, el ejercicio de la 'biopiratería' cuenta con una relevancia que, para algunos expertos, sobrepasa la justificación de que los recursos genéticos son patrimonio de la humanidad y que, por lo tanto, son de quien los aproveche.

   Sin embargo, y como suele ocurrir en la mayor parte de los casos, son los Estados y las comunidades más vulnerables las más afectadas por dicha extracción. En el caso latinoamericano, la 'biopiratería' expone mayoritariamente a la población indígena, especialmente susceptible a la marginación y la falta de recursos económicos y sociales, aunque con una importante riqueza en conocimientos tradicionales.

   Esta combinación es la que hace que empresas y entidades de carácter privado centren su actividad económica y mercantil en la explotación de dichos recursos endémicos y en los conocimientos para su aplicación, todo ello en la mayor parte de los casos sin retribución alguna para las comunidades originarias.

   "Alicia Barbas describía en 2016 que 7.000 de las medicinas más usadas en el mundo provienen de los conocimientos botánicos y de plantas de los pueblos indígenas", reveló el antropólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana, Gustavo Lins Ribeiro, palabras recogidas por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico de México.

   La exclusión de estas comunidades como participes en la generación del desarrollo científico ha sido invisibilizada. Por ejemplo, Russell Marker consolidó en 1956 'Syntex', la proveedora de esteroides más importante del mundo gracias a que 15 años antes encontró un libro de botánica en donde se representaba la "cabeza de negro o barbasco", una planta originaria de Veracruz que es fuente de sapogeninas, productoras de grandes cantidades de esteroides, así lo describe el artículo sobre el Barbasco publicado en la revista Ciencias de la UNAM.

   "Hoy en día los proyectos de desarrollo solo confirman el racismo presente entre en los encuentros de élites que se creen técnica y políticamente superiores a estos pueblos", comentó Lins Ribeiro, también doctor en Antropología por la City University de New York.

   Este explica además que el robo de conocimiento indígena realizado desde el colonialismo solo ha generado una desconfianza legítima en los pueblos indígenas, sobre todo en aquellos que poseen liderazgos críticos y activos por lo que evitar la biopiratería es una obligación primordial para cualquier proyecto.

   Así, la inclusión entre prácticas y saberes tradicionales con la ciencia y el desarrollo tecnológico requiere en gran medida eliminar posiciones racistas o discriminatorias que promueven la idea de que los pueblos indígenas son inferiores al mundo y la cultura occidentales, comentó Lins Ribeiro durante el Foro Internacional Políticas Públicas para la Innovación 4.0.

   "Cambiar esta percepción requiere de mucha habilidad y desapego con relación a los cánones etnocéntricos (ideas con las cuales las comunidades vemos el mundo) que orientan las acciones de los actores desarrollistas típicos", indica el doctor.

   Finalmente, establecer un marco para la inclusión de conocimientos y prácticas tradicionales en el desarrollo de las tecnologías requiere contemplar cuatro conjuntos de problemas: una histórica desigualdad de poder, problemas cognitivos y de inteligibilidad, los participantes, problemas de escala y políticos.