Actualizado 12/10/2010 08:25

Brasil.- Brasil ultima las concesiones a empresas privadas para proteger su selva amazónica


BRASILIA, 12 Oct. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Brasil se prepara para conceder la protección de su selva amazónica a empresas madereras privadas y cooperativas, con el objetivo de ayudar a reducir la tala ilegal de árboles, informó este lunes a Reuters el jefe del Servicio Forestal Nacional de Brasil, Antonio Carlos Hummel.

"El futuro de la Amazonía -combatir la deforestación y el cambio climático- es fortalecer la administración de la selva. No veo ninguna otra solución", señaló Hummel durante la cumbre global alternativa sobre cambio climático de Reuters.

El Gobierno garantizará a compañías privadas concesiones de tala para casi 1 millón de hectáreas a finales del presente año, y dentro de cuatro o cinco años concederá casi 11 millones de hectáreas, el tamaño del estado estadounidense de Virginia. Las actuales concesiones llegan a apenas 150.000 hectáreas.

A diferencia de la práctica ilegal de quema y tala, que ya ha destruido casi el 20 por ciento de la selva tropical más grande del mundo, la tala administrada por compañías permite la extracción de una cantidad determinada de árboles siempre y cuando no impida la regeneración natural de la Amazonía.

Cuando el Gobierno brasileño comenzó a estudiar las concesiones, en 2003, se enfrentó a una dura oposición de políticos conservadores que calificaron el plan como una privatización de activos públicos. "Entonces no explicamos bien el proceso. Ahora todo se ha aclarado. Ha habido cuestionamientos sobre la privatización durante más de un año", dijo Hummel.

Las concesiones ayudan a establecer un mayor control estatal en las a menudo caóticas regiones de la Amazonía, donde colonos y especuladores a menudo ocupan tierras de forma ilegal, agregó Hummel. Mientras la tala ilegal de árboles usualmente produce riqueza para unos pocos, las concesiones, al menos en teoría, generan empleos permanentes e ingresos por recaudación de impuestos para el Gobierno.

Consciente de las concesiones fallidas a madereras privadas en África y partes de Asia, los legisladores brasileños han tomado ciertas precauciones. "Hemos incluido una serie de mecanismos de control comunitario", explicó Hummel, en referencia a organizaciones no gubernamentales que participan en auditorías públicas de las concesiones.

Los niveles de deforestación en la Amazonía brasileña, la mayor selva tropical del mundo, han caído a su tasa más baja en dos décadas, después de que el Gobierno intensificara la vigilancia y el control en los últimos años. Las autoridades brasileñas han multado a granjeros y leñadores ilegales, han confiscado sus productos y les han suspendido cualquier vía de financiamiento bancario.