Actualizado 19/01/2011 22:38

Al menos 207 personas continúan desaparecidas y 727 han muerto por las inundaciones


RÍO DE JANEIRO, 19 Ene. (Reuters/EP) -

Al menos 207 personas siguen desaparecidas y 727 personas han muerto después de las peores inundaciones que ha sufrido el estado brasileño de Río de Janeiro en décadas, según confirmaron este miércoles las autoridades del país.

La lista de desaparecidos entregada por la oficina del fiscal del estado de Río de Janeiro --la primera estimación oficial del número de desaparecidos desde la catástrofe de la semana pasada-- sugiere que la cifra total de muertos podría acercarse a los 1.000.

Funcionarios locales de Teresópolis y Nova Friburgo, las ciudades más afectadas, estimaron que al menos 300 personas siguen desaparecidas. Se supone que muchas de ellas estarían enterradas por las avalanchas de lodo y agua que destruyeron cientos de casas.

"Hay familias que resultaron tan afectadas que no quedó nadie para confirmar quién está desaparecido", dijo Roberto Botto, portavoz de la Agencia de la Defensa Civil en Nova Friburgo, donde murieron al menos 345 personas.

La cifra de fallecidos ha ido en aumento cada día a medida que los equipos de rescate han ido llegando a las zonas aisladas y recuperando más cadáveres de los escombros de barrios que fueron prácticamente arrasados por los deslizamientos y las inundaciones.

Helicópteros del Ejército se han desplazado hasta áreas remotas para recoger supervivientes y ayudarlos a recuperar cuerpos desde sus casas en ruinas. Se cree que cientos de personas aún están en áreas propensas a sufrir nuevos deslizamientos.

Algunos de ellos están aislados por carreteras y puentes destruidos, mientras que otros se niegan a abandonar sus casas por miedo a que sean asaltadas.

Según las autoridades, las inundaciones y los deslizamientos golpearon con tanta fuerza que la geografía de la región ha sufrido un profundo cambio.

"Los arroyos se han convertido en ríos profundos y anchos. Hay un gran cambio geográfico; es como si las ciudades hubieran sido completamente refundadas", dijo Ícaro Moreno, presidente de EMOP, una compañía de obras públicas del Gobierno. "La gente en esas áreas montañosas no está tan segura como creía", agregó.

El Gobierno federal prometió esta semana que establecerá un sistema nacional de alerta temprana para dar aviso a las comunidades sobre peligros naturales e inminentes.