Actualizado 17/09/2016 11:29

Buenos Aires, la ciudad más cara de Iberoamérica para estacionar

Buenos Aires
WIKIPEDIA/MARTIN ST-AMANT

   BUENOS AIRES, 17 Sep. (Notimérica) -

   Buenos Aires es considerada la ciudad más cara de Iberoamérica para estacionar, según la plataforma online de clasificados y contenidos automotores de Argentina 'Autofoco', que analizó el sistema de estacionamiento de la ciudad de Buenos Aires.

   El precio de los estacionamientos privados se incrementó de forma exponencial durante los últimos años, llegando incluso a duplicarse. La zona más cara para los conductores se encuentra en el 'microcentro' o Recoleta, donde se cobra entre 2000 pesos (132 dólares) y 2800 pesos (185,95 dólares) al mes, mientras que en Liniers o Constitución, se consigue un alquiler mensual de 800 pesos, según el diario argentino 'La Nación'.

   Buenos Aires es más cara incluso que algunas ciudades de Europa como Madrid y Barcelona. En cambio, en la ciudad porteña el alquiler mensual llega a 218 dólares, en otras ciudades como Río de Janeiro cuesta 211 dólares, Lima 190 dólares o Santiago de Chile, que cuesta 160 dólares.

   En el año 2015, Buenos Aires ya experimentó un aumento del coste de vida, un incremento que se repitió este año, ya que el precio por hora del garaje aumentó un 170 por ciento.

   Para la Cámara de Garajes y Estacionamientos (Cagesra), el aumento de los precios se debe en buena medida al incremento de costos como el agua, los salarios en un 27 por ciento o el valor de los seguros en un 20 por ciento.

   El servicio del agua es el principal problema en el sector de estacionamientos privados, por la categorización de "no residenciales" que recibe este tipo de establecimientos. La factura también depende de la ubicación y metros cuadrados del estacionamiento, lo que hace que los tickets de agua de los garajes se hayan disparado hasta el punto de ser más altas que en un lavadero de coches.

    Para corregir el problema, el sector ha solicitado que se cambie la categoría asignada para tener tarifa residencial, así como contar con un medidor para conocer el consumo real de los establecimientos.