CIUDAD DE MÉXICO, 28 Ago. (Notimérica) -
El pasado 14 de julio las llamadas "Rastreadoras de El Fuerte" comenzaron una búsqueda en las inmediaciones del poblado Ocolome (Sinaloa, México) debido a las afirmaciones de una persona que aseguró que había una fosa clandestina. Ellas decidieron ponerse "manos a la búsqueda" y se toparon con la peor de las sorpresas.
Encontraron un cráneo junto a un árbol y comenzaron a excavar más profundo hasta que dieron con fragmentos de huesos. Justo ese día, se cumplían tres años desde que Roberto Corrales Medina, de 21 años de edad, fue secuestrado cuando vendía discos en una gasolinera en el municipio de El Fuerte.
Su madre decidió ir a denunciar el caso a la policía, pero viendo que no tenía respuesta, decidió comenzar el rastreo por su cuenta junto a otras madres que se encontraban en la misma situación. Así surgió el primer grupo de búsqueda de personas desaparecidas en Sinaloa.
Los restos del joven los encontró su madre semienterrados en un cerro, por un camino de difícil acceso y a donde solo se puede llegar caminando. Estaban en una fosa clandestina en El Fuerte, al norte de Sinaloa, en un lugar donde nadie hubiera ni podido imaginar.