CARACAS, 30 Jul. (Notimérica) -
Carlos Llorca es un español que está imputado por blanqueamiento de dinero en los casos de corrupción más importantes de España y lleva prófugo desde 2007, año en que el juez Baltasar Garzón emitió una orden de busca y captura a la que se sumó la Interpol. A día de hoy, gracias a la cifra millonaria con la que ha sobornado a las autoridades venezolanas continúa prófugo.
Todo se inició en los años 90, cuando Llorca empezó a formar parte de la agenda de grandes narcotraficantes, políticos y delincuentes. El catalán era el encargado de blanquear dinero negro a gran escala a través de sus empresas.
La trama se destapó a partir del año 2003 cuando su nombre apareció vinculado en casos de corrupción como la 'Operación Malaya', 'Operación Troika' e incluso la 'Operación Vidrio', en esta última siendo el encargado de blanquear el dinero de un envío de más de 100 kilos de droga a Barcelona (España).
A pesar de que fue imputado, por falta de pruebas salió absuelto y el estafador decidió crear una empresa llamándola igual que el juez que lo imputó, 'Garzon Investment', haciendo así honor al lema con el que siempre ha trabajado: "no hay límites".
Cuando su nombre empezó a salir demasiado en la prensa nombró a sus súbditos de paja para continuar sus negocios y salió de España rumbo a Venezuela con una maleta repleta de millones de euros. Allí tenía ya su lujosa mansión en la Isla de Margarita (Venezuela) esperándole hasta que las autoridades venezolanas acudieron en su búsqueda ante una orden de extradición de las autoridades españolas, que le habían seguido la pista en todo momento.
No obstante, un soplo le permitió huir antes de ser detenido. Llorca, que se ha mantenido sin identificación real durante 50 años ya que se ha ido cambiando el nombre, tiene todas las papeletas para ser el sucesor de Pablo Escobar. Las autoridades españolas desconocen su paradero actual pero creen que sus negocios siguen funcionando en España, según reporta 'El Confidencial'.
Las malas lenguas dicen que Llorca se sometió a varias operaciones estéticas por lo que probablemente no lo reconocería ni su madre. Eso, sumado a las cantidades millonarias con las que ha sobornado en reiteradas ocasiones a las autoridades venezolanas, alrededor de dos millones de dólares, y en su momento, su buena relación con Chávez le han permitido seguir su estilo de vida a lo "Gran Gatsby" fuera de rejas.
