SAN SALVADOR, 2 Feb. (Notimérica) -
Su techo y sus paredes son de botellas de plástico recicladas y de cemento y tapones de colores el suelo. Así es la Casa Encantada, la actual vivienda de su propietaria, María Ponce, tras el terremoto que devastó El Salvador en 2001.
La edad de Ponce, que tiene ahora 88 años, no le impidió ponerse manos a la obra y terminar de construir en 2005, el que sería su nuevo hogar en Cantón de Borbollón después de que el 13 de enero de 2001 un terremoto de magnitud 7,6 arrasara más de 92.000 casas.
El original sistema de su construcción, basado en utilizar las botellas que Ponce iba recogiendo de la carretera para apilarlas en unas finas varas que actúan como cimientos, lleva en pie más de una década, soportando el calor de verano, el viento y las tormentas tropicales.
En la actualidad, es su nieto quien le ayuda con los desperfectos y las posibles reparaciones que puedan surgir mientras que ella misma le da color a todos los rincones, pintando las botellas y fabricando floridos adornos con papeles y telas.
Ahora, esta casa rebosante de arte ya supone todo un atractivo turístico a tan solo 140 kilómetros de la capital. Un icono característico del lugar que ya es conocido por todos los locales de la zona y que cada vez crea más expectación entre los lugareños.