Actualizado 05/05/2015 15:59

Caso Luciano Arruga: Comienza el juicio contra un expolicía por presuntas torturas

Luaciano Arruga, un caso que conmociona Argentina
Foto: FACEBOOK

BUENOS AIRES, 5 May. (Notimérica) -

   El pasado lunes comenzó en Argentina el juicio contra un expolicía por presuntas torturas en 2008 contra Luciano Arruga, un joven de 16 años que, tras cinco años desaparecido apareció enterrado en un cementerio de Buenos Aires como NN (sin identificar). La familia denuncia que lo torturaron porque "se negó a robar para la policía".

   Los hechos se remontan a septiembre de 2008 cuando el joven Luciano fue llevado al destacamento policial de Lomas del Mirador, en la provincia de Buenos Aires, y fue supuestamente golpeado durante horas por varios policías.

   Varios meses después, el 31 de enero de 2009, Luciano desapareció de casa y no se supo nada de él hasta el año 2014, mientras la familia denunciaba que al chico lo había "desaparecido" la policía bonaerense, y así fue como la justicia caratuló la causa: "desaparición forzada".

   Sin embargo, en octubre de 2014 las autoridades argentinas identificaron un cuerpo enterrado como NN en el cementerio porteño de Chacarita como el de Luciano: había muerto la misma noche de su desaparición, atropellado por un coche en una autopista y no portaba ninguna documentación que facilitara su identificación.

   A pesar de esta nueva evidencia, la familia y la acusación en el juicio siguen defendiendo que Luciano era una víctima de la violencia institucional e insisten en que los culpables de su muerte fueron los policías.

"SE NEGÓ A ROBAR PARA LA POLICÍA"

El único imputado en el juicio es el expolicía Julio Diego Torales, uno de los tres policías que aquel día de septiembre de 2008 lo habrían llevado a comisaría y presuntamente lo habrían torturado, ya que los otros dos agentes nunca fueron identificados.

   "Todo esto empezó cuando él se negó a robar para la policía", declaró el lunes ante el tribunal la madre de Luciano: "Lo estaban ahogando de a poco". También declararon varios amigos de Luciano, que coincidieron en que "después de esa detención, tenía miedo" y le asustaba salir a la calle.

   Según cuentan la madre y la hermana de Luciano, que lo fueron a buscar a la comisaría, lo tenían retenido en la cocina y no le dejaron verlo, pero llegaron a escuchar sus gritos pidiendo que lo sacaran de allí porque lo estaban "matando a palos".

   En cuanto a la muerte de Luciano, el chico que lo atropelló en la autopista la madrugada del 1 de febrero de 2009 --que entonces detuvo el coche y llamó a los servicios médicos, que no pudieron salvarlo-- declaró hace varios meses que "corría desesperado, desencajado y como si estuviera escapando de alguien".

   Un motociclista que se detuvo en la autopista para ayudar también declaró que cerca del lugar, en la vía de servicio, vio una camioneta patrulla de la policía bonaerense, lo cual es usado por la acusación para insistir en que a Luciano lo perseguía la policía.

   En la causa quedan muchos interrogantes abiertos y, además de la gravedad de la acusación por tortura contra los policías, otro de los puntos candentes de trasfondo es no sólo la complicidad de la policía en los robos, sino incluso la participación activa a través del manejo de redes de ladrones.

   Sin embargo, es muy complicado que se llegue a avanzar por este lado de la investigación, ya que desde la acusación quieren evitar el argumento de que Luciano hubiera robado alguna vez, pues es visto como una justificación de la detención ilegal y tortura policial, acusaciones mucho más graves.

   La familia de Luciano Arruga ha sido apoyada en su denuncia por organismos de Derechos Humanos como la ONG Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) o el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), a los cuales pertenecen sus abogados.