BUENOS AIRES, 8 Nov. (Notimérica) -
El hallazgo del presunto cuerpo del joven argentino Santiago Maldonado el pasado 17 de octubre en el río Chubut continúa hoy siendo noticia por las incógnitas que aún rodean su caso y su muerte.
Algunas de ellas apuntan directamente a las condiciones en las que fue encontrado su cadáver que, de acuerdo a las informaciones oficiales, permaneció 78 días en el agua.
Sin embargo, no conformes con la información de la autopsia, familiares, amigos y gran parte de la sociedad argentina sospechan de que el fallecido fue "colocado" en el lugar donde fueron hallados sus restos debido a que presentaba condiciones que no eran propias de haber estado más de dos meses sumergido.
En la misma dirección ha apuntado un especialista en Criminalística, Enrique Prueger, en una entrevista concedida y publicada a la 'Agencia Paco Urondo', donde comenta algunas de las incoherencias del caso.
El entrevistado ha considerado que el hecho de que se hayan podido extraer las huellas dactilares del fallecido sería imposible si llevara, como se dio a conocer tras practicarle la autopsia, 78 días bajo el agua.
"Una de las primeras partes del cuerpo que se macera y se destruye son las huellas dactilares. Y si las tiene implica que la fecha de la muerte sería menor a 20 días", ha comentado Prueger.
El criminalista también ha apuntado hacia la profundidad en la que fue hallado su cuerpo, argumentando que mientras que "las aguas más profundas permiten una conservación más prolongada", en las superficiales se generan fuertes corrientes "la degradación se da más rápido".
Lo que está claro en la investigación de este caso es que el tatuador de 28 años falleció ahogado en el río, donde fue visto con vida según varios testigos el pasado 1 de agosto, pero existen varias dudas sobre cual sería la fecha exacta del deceso.
"Ese cuerpo no estuvo tanto tiempo en el agua, es imposible, como mucho estuvo 20 días", ha indicado el experto en Criminología, quien ha sostenido que la posible hipótesis de que hubiera sido congelado y más tarde depositado en el río también sería impensable debido a que la deshidratación del cuerpo en el proceso de descongelación hubiera propiciado un peor estado de putrefacción.