Publicado 22/05/2020 07:54

Centroamérica.- Al menos mil niños migrantes han sido obligados a regresar de EEUU a México desde marzo, denuncia UNICEF

Un niño en las calles de Tapachula, Chiapas, en México.
Un niño en las calles de Tapachula, Chiapas, en México. - UNICEF MÉXICO - Archivo

Según el organismo, los niños afrontan un "riesgo doble" en el contexto de la pandemia

MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -

Al menos 1.000 niños migrantes no acompañados han sido obligados desde principios de marzo a retornar desde Estados Unidos a México, El Salvador, Guatemala y Honduras, a pesar de que sus poblaciones presentan "graves riesgos" para su protección, situación agravada por la pandemia de la COVID-19, ha denunciado el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.

Asimismo, durante el mismo período, al menos 447 niños migrantes han sido devueltos desde México a Guatemala y Honduras, ha agregado UNICEF, al tiempo que ha alertado de que se perpetran "actos de violencia y discriminación" contra los repatriados, a los que se percibe como infectados por la COVID-19 y cuya protección, ha insistido, está "en riesgo" durante la reintegración.

"Para los niños en tránsito en toda la región, la COVID-19 está empeorando aún más la situación", ha concretado la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore. "La discriminación y los ataques se suman a las amenazas que ya existían antes, como la violencia de las bandas que les llevó a huir", agregado.

"Eso significa que muchos niños que regresan afrontan un riesgo doble y están más en peligro que cuando abandonaron sus comunidades. Obligar a un niño a regresar a una situación de inseguridad nunca es una opción si se quiere velar por su interés superior", ha continuado.

Según UNICEF, la información pública sobre los protocolos de prueba, tratamiento y contención de la COVID-19 en la región es limitada, lo que está generando confusión y miedo entre los retornados y la población en general.

De hecho, en algunas comunidades, existe la preocupación de que los niños y las familias que han regresado de Estados Unidos y México puedan ser portadores del virus, lo que ha agudizado la estigmatización de los migrantes. UNICEF ha recibido informaciones de comunidades en Guatemala y Honduras que prohíben la entrada física a grupos de fuera o extraños, incluidos los retornados, para prevenir la transmisión local de la enfermedad.

También se ha dado el caso de migrantes que han recibido amenazas violentas al regresar a sus comunidades, mientras que los centros de recepción y tránsito han recibido amenazas o ataques.

Por otra parte, UNICEF está al tanto de algunos casos en los que se han acelerado los retornos sin proporcionar primero a los migrantes acceso a los procedimientos de asilo o de detección de COVID-19.

Al mismo tiempo, los países de origen en el norte de Centroamérica están ampliando sus capacidades para tratar de detectar COVID-19 entre las personas retornadas para evitar una mayor transmisión y garantizar que los migrantes que regresan estarán seguros en sus comunidades.

SISTEMAS DE PROTECCIÓN INFANTIL

En el contexto de la pandemia, la capacidad de los sistemas de protección infantil en el norte de Centroamérica y México también se ha visto comprometida debido a las restricciones de movimiento y a la falta de equipos de protección personal (EPI), ha criticado UNICEF.

Así, el organismo ha lamentado que esto también limita las pruebas que se pueden hacer a los niños no acompañados y que podrían revelar amenazas para su vida y para su integridad, como la violencia, tanto en sus hogares como en las comunidades de origen.

En este contexto, UNICEF ha mostrado que trabaja para apoyar los sistemas nacionales de protección de los niños. Así, por ejemplo, en Guatemala, UNICEF está apoyando al Gobierno para proporcionar alojamiento y servicios a los niños retornados, tanto a los acompañados como a los que están solos, que hayan dado positivo en las pruebas de la COVID-19, durante la cuarentena o aislamiento.

Por último, el organismo dependiente de Naciones Unidas ha hecho un llamamiento a todos los gobiernos para que pongan fin a las devoluciones y deportaciones de niños no acompañados o separados, así como a niños con sus familias sin protección adecuada previa y exámenes de salud.

UNICEF también insta a los gobiernos a tomar medidas concretas adicionales para proteger el bienestar de los niños desarraigados, como defender el derecho de los niños a solicitar asilo y acabar con su detención por el estado migratorio de sus padres.