Actualizado 09/03/2016 17:57

Colombia condena al Ejército por el asesinato del periodista Varela Noriega

Efraín Varela Noriega
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   BOGOTÁ (Colprensa/Notimérica)

   El Consejo de Estado de Colombia ha determinado que el asesinato del periodista Efraín Alberto Varela Noriega, perpetrado en 2002 en Arauca capital, fue facilitado por miembros de la Brigada XVIII del Ejército Nacional.

   Según las autoridades, el crimen estuvo relacionado con las denuncias que publicó sobre los vínculos de algunos integrantes de las fuerzas militares y las autodenominadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

   Los hechos tuvieron lugar en junio de 2002 en Arauca capital. Tras asistir a un acto social en la Universidad Nacional de Arauca, Varela Noriega se encontraba con su esposa y su cuñado cuando varios hombres armados dentro de dos camionetas blancas los interceptaron y se llevaron al periodista, golpeándolo y matándolo a tiros para dejar después su cuerpo abandonado.

   Ente los hombres armados estaba Félix Alberto Varela Bata, supuesto jefe del grupo.

   Al estudiar el caso, la Sección Tercera, con ponencia del magistrado Ramiro Pazos, condenó a la Nación por estos hechos, representada en el Ministerio de Defensa y el Ejército Nacional.

   La Sala señaló que, a pesar de la ausencia de pruebas que indiquen que el periodista hubiera pedido protección, "se probó con suficiencia que existió en este caso particular una verdadera y aberrante falla del servicio a cargo del Ejército Nacional, que permite imputarle responsabilidad a la administración en la muerte del mencionado ciudadano".

   Las autoridades apoyaron su decisión en que, si bien el crimen fue cometido por el frente Vencedores de Arauca; de las AUC, no cabe duda de que en la época de los hechos miembros de las Fuerzas Armadas "se aliaron con grupos al margen de la ley, paramilitares, para permitir y coadyuvar la actividad de estos últimos".

   "Así ocurrió en el crimen del periodista Varela Noriega, cuya ejecución fue facilitada y consentida por miembros del Ejército Nacional. Así quedó acreditado por virtud de las declaraciones del autor material del punible, quien además de reconocer el hecho, dio cuenta de la forma en que el grupo paramilitar acordó con un coronel de apellido Ortiz el levantamiento del retén militar instalado en la zona del homicidio, con el fin de permitir la presencia y accionar impune de la organización criminal", señaló la Sala.

   La institución también se basó en el análisis de los testimonios trasladados al proceso, que indicaron que hubo un levantamiento temporal de la vigilancia con el fin de permitir el crimen.

   "Sin duda, esas denuncias públicas sirvieron de móvil a la animadversión de la fuerza pública hacia el comunicador y determinaron la acción que se les reprocha, tendiente a afectar su libertad de expresión y su derecho a la vida", indicaron.

   Por ello, se ha ordenado indemnizar a los familiares del comunicador con más de 2.000 millones de pesos (627.000 dólares) por los daños provocados, así como que el Ministerio de Defensa publique en Arauca avisos en los que reconozca la responsabilidad en el crimen y enviar la sentencia al Centro Nacional de Memoria Histórica.

   Igualmente, se compulsaron copias a la Fiscalía General de la Nación, para que identifique e investigue al coronel Ortiz de la Brigada XVIII, con el objetivo de establecer su posible responsabilidad penal en el homicidio del Varela Noriega.

EL PERIODISTA RECIBIÓ AMENAZAS DE MUERTE.

   Varela Noriega era el propietario y director de la emisora de radio local 'Meridiano 70', en la que presentaba dos programas de noticias y opinión. La víctima, abogado, trabajó también en 'Radio Caribabare' en Saravena, además de ser presidente de la Comisión Departamental de Paz de Arauca (entre 1999 y 2001), alcalde de Saravena y Concejal de Arauca.

   En sus últimas intervenciones por radio, Varela Noriega realizó serias denuncias sobre la presencia paramilitar en el departamento de Arauca y cuestionó la acción estatal para combatir esos grupos, hechos por los que recibió amenazas de muerte.