BOGOTÁ, 29 Dic. (Reuters/EP) -
La Policía de Colombia se ha incautado de un cargamento de 6,4 toneladas de cocaína que iba a ser enviado por mar a Estados Unidos a través de Guatemala. Éste es el mayor decomiso que ha realizado la Policía Nacional colombiana en 2010 en su lucha contra el narcotráfico, según ha informado este miércoles el director del Cuerpo, el general Óscar Naranjo.
La droga fue localizada este martes en el puerto de Buenaventura, el más importante de Colombia en la costa del Pacífico, en tres contenedores en los que se transportaba abono orgánico con destino al puerto de Quetzal, en Guatemala. "Nos hemos incautado de tres contenedores con 6,4 toneladas de cocaína", ha anunciado Naranjo.
El general ha precisado que la droga, que se estima que vale más de 195 millones de dólares (147 millones de euros), pertenecía a los narcotraficantes prófugos Daniel 'El Loco' Barrera y los hermanos Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna, más conocidos como los 'Comba'.
En 2009, las autoridades colombianas confiscaron más de 203 toneladas de cocaína y este año la cifra alcanzará las 150 toneladas, de acuerdo con las estimaciones de las Fuerzas Armadas.
"No hay en el mundo país que haga un esfuerzo tan gigantesco y tan eficaz para evitar el consumo de drogas y evitar que las drogas salgan al mercado internacional como Colombia", ha afirmado Naranjo.
Colombia es considerado el primer productor mundial de cocaína, con unas 400 toneladas anuales, pese a que su capacidad se ha reducido considerablemente por un plan de erradicación de cultivos de hoja de coca apoyado por Estados Unidos, que desde el año 2000 ha entregado más de 6.000 millones de dólares en equipo militar, entrenamiento y programas sociales.
Pese a los esfuerzos de Colombia por erradicar el narcotráfico, la actividad ilícita se mantiene por la rentabilidad del negocio y la posición geográfica del país, que, rodeado por dos océanos, facilita el tráfico de drogas.
Un kilo de cocaína puede costar unos 1.000 dólares (756 euros) en las zonas selváticas de este país, mientras que en los mercados internacionales puede alcanzar los 30.000 dólares (22.680 euros) antes de ser vendido en pequeñas cantidades por distribuidores que también obtienen importantes ganancias, de acuerdo con fuentes del ámbito de la seguridad.