Publicado 02/04/2020 16:43

Un condenado a cadena perpetua o un sacerdote acusado falsamente de pederastia escriben las meditaciones del Via Crucis

ROMA, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un condenado a cadena perpetua, un sacerdote acusado falsamente de pederastia, la madre de un chico en prisión o un agente de policía penitenciario son algunas de las personas que han escrito las meditaciones de los textos para el Via Crucis del Vaticano que este año por la pandemia de coronavirus no se celebrará en el Coliseo sino en una plaza de San Pedro completamente vacía de fieles. El Papa presidirá este momento a las 21.00 horas.

"Hay cinco detenidos, uno de ellos condenado a cadena perpetua; una familia destrozada por un homicidio, cuya hija fue masacrada; la madre de un chico detenido; un magistrado del departamento de vigilancia penitenciaria; un agente de policía de prisiones; un voluntario; un sacerdote que durante ocho años ha sido falsamente acusado de haber cometido violencia sexual contra menores de edad y que finalmente ha sido declarado inocente por la justicia; la historia de una catequista y la de un monje que desde hace cincuenta años trabaja en las cárceles y ha sido el primero que ha abierto el camino de la Iglesia en los centros penitenciarios en Italia", ha explicado en entrevista con Europa Press el capellán de la cárcel de la ciudad italiana de Padua 'Due Palazzi', Don Marco Pozza.

El sacerdote italiano que conduce el programa 'Io credo' (Yo creo) en la televisión propiedad de los obispos italianos, TV2000, fue avisado por el Papa en diciembre de que había decidido confiar la tarea de escribir las meditaciones del Vía Crucis que presidirá el Viernes Santo a personas que tuvieran relación con la cárcel italiana. "Fue su idea y nació de un gesto espontáneo. El Papa está convencido de que el centro de la Iglesia se entiende mejor si se mira desde la periferia", ha señalado.

Según explicó el propio Pontífice en una carta enviada al periódico italiano 'Il Mattino di Padova',veligió la cárcel para que "fueran los últimos en dictar el paso". "El Papa nos pidió historias del mundo de la cárcel, que no es solo el país de los presos. Por eso, hemos creado una sinfonía de voces", ha aclarado Pozza.

En este sentido, ha revelado que son historias representativas de la realidad de quien trabaja dentro de la cárcel. "Está representada la dirección de la cárcel, la magistratura, el personal penitenciario, los policías, los voluntarios, la parroquia y las personas que están detenidas. Es como si hubiéramos abierto las puertas de casa y presentáramos los que viven dentro", ha concluido.

Las celebraciones Litúrgicas de Semana Santa se desarrollarán por primera vez sin fieles y en lugares cerrados para evitar el avance del contagio del COVID-19. La Oficina de prensa de la Santa Sede informó a finales de marzo del blindaje absoluto y especificó que los oficios de Semana Santa se celebrarán en el altar de la Cátedra de la basílica de San Pedro, y no bajo el baldaquino.

Las ceremonias se adaptarán a las nuevas circunstancias en las que no habrá presencia de peregrinos. Por ejemplo, el Vaticano ha cancelado la gran procesión del Domingo de Ramos y, en cambio, está previsto que Francisco celebre una misa dentro de la basílica.

Además, se aplazó la misa crismal del Jueves Santo por la mañana con todos los sacerdotes de Roma, hasta que se retiren las medidas de confinamiento y restricción para controlar la pandemia.

El Papa no saldrá del Vaticano para los oficios de ese día, ni tampoco irá a una cárcel ni a un hospital como en años precedentes y celebrará a las 18.00 horas en la basílica una misa que no incluirá el rito habitual del lavado de los pies.

Tampoco está previsto la presencia de fieles en la Vigilia Pascual del Sábado Santo a las 9.00 horas ni tampoco en la misa del Domingo de Pascua a las 11.00 horas, aunque serán retransmitidas en directo a través del portal de noticias de Vatican News. Además, tras la misa del domingo, el Papa rezará el Regina Coeli y dará la bendición Urbi et Orbi.

Esta decisión de bloqueo ante el temor por el contagio del virus afecta de forma extraordinaria a todas las celebraciones litúrgicas previstas en Pascua -la del Domingo de Ramos el 5 de abril; la de Jueves Santo el día 9; la del Viernes Santo el 10 y el posterior Vía Crucis en el Coliseo Romano; la del Sábado Santo de Vigilia Pascual, y el Domingo de Resurrección con la tradicional bendición "Urbi et Orbi"-.