Actualizado 25/01/2010 21:49

Crónica Haití.- Haití pide a la comunidad internacional que le siga apoyando durante entre cinco y diez años

Gobierno y grupos humanitarios advierten del peligro que corren los niños huérfanos o separados de sus padres


PUERTO PRÍNCIPE/MONTREAL, 25 Ene. (Reuters/EP) -

Montreal fue este lunes la sede de una conferencia de donantes en la que el primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, pidió a la comunidad internacional que siga apoyando a su país durante un período de entre cinco y diez años. Mientras, en el país caribeño, el Gobierno y las organizaciones de ayuda humanitaria advirtieron de que los niños haitianos que han quedado huérfanos o están separados de sus padres a causa del terremoto del pasado 12 de enero corren un riesgo cada vez mayor de ser víctimas de las redes de traficantes o de adopciones ilegales.

Los traficantes podrían tratar de aprovecharse del caos y de la inestabilidad social generados por el seísmo para llevarse a niños indefensos fuera de Haití, por aire o a través de la frontera terrestre con República Dominicana.

Una unidad de la Policía encargada de proteger a los menores ha enviado agentes a la frontera, pero las autoridades dicen que, al igual que todas las instituciones haitianas, ha resultado gravemente afectada por el terremoto, que ha causado la muerte de al menos 150.000 personas, según el último balance oficial.

Las autoridades también temen que algunas ONG hayan sacado del país a menores para llevarlos con familias de adopción antes de que se hayan agotado los esfuerzos para encontrar a sus padres. Por este motivo, el Gobierno haitiano interrumpió la semana pasada este tipo de adopciones.

"No hay duda de que ONG o instituciones de cualquier tipo pueden sacar a los niños de las calles (para que los adopten) y decir que son huérfanos", dijo el primer ministro, Jean-Max Bellerive, al manifestar su temor de que esto esté ocurriendo.

Kent Page, portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), dijo que unos 700 niños que perdieron el contacto con sus padres durante el terremoto han sido trasladados a campamentos mientras se trata de reunir a las familias separadas. Un dato que permite hacerse una idea de la magnitud del problema es que una ONG que ayuda a niños en el barrio Delmar 31 de la capital haitiana afirma haber identificado a 3.000 niños que considera que se encuentran en peligro.

Algunos menores se unieron la semana pasada a las bandas de saqueadores y se han dedicado a entrar en tiendas del principal distrito comercial de Puerto Príncipe en busca de alimentos y productos que vender, manifestó el presidente de la Organización para un Mejor Futuro para los Niños, Alveus Prospère. De otros muchos se han hecho cargo familiares o vecinos que ahora viven en campamentos improvisados donde la comida escasea, añadió.

REUBICAR A LOS SUPERVIVIENTES

El Gobierno haitiano anunció hoy que esta semana podría comenzar a trasladar a al menos 400.000 supervivientes --que ahora están repartidos en más de 400 campamentos improvisados en la capital-- a refugios temporales, que inicialmente también serían campamentos, fuera de Puerto Príncipe.

"Tenemos que evacuar las calles y reubicar a la gente. Es lo más importante para nosotros", declaró a la agencia Reuters la ministra de Comunicaciones, Marie Laurence Jocelyn Lassègue. "Esperamos poder empezar a finales de esta semana", precisó.

El ministro de Sanidad, Alex Larsen, detalló que un millón de personas que vivían en la zona de Puerto Príncipe han tenido que desplazarse. El Gobierno tiene tiendas de campaña para albergar a 400.000 personas en los nuevos asentamientos temporales, pero necesitará más.

Las autoridades pretenden trasladar inicialmente, con ayuda internacional, a 100.000 supervivientes a varios campamentos en Croix des Bouquets, al noreste de la capital. Lassègue aclaró que los nuevos campamentos respetarán todas las normas humanitarias relativas al espacio para garantizar que no se producen incidentes violentos y que la gente está lo más cómoda posible.

CONFERENCIA DE DONANTES

Este lunes se celebró en Montreal (Canadá) una conferencia de donantes para Haití con el fin de evaluar las necesidades inmediatas y después comenzar a planear la recuperación del país a largo plazo. En ella han participado, entre otros, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton; el primer ministro canadiense, Stephen Harper; el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, y la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

Según fuentes oficiales canadienses, en esta reunión aún no se va a ofrecer ayuda, sino que se va a intentar determinar qué es lo que se necesita y fijar la fecha y lugar de la verdadera conferencia de donantes. Clinton dijo antes de viajar a Montreal que espera que se celebre una conferencia de donantes en un plazo de entre 30 y 60 días. "Hay un deseo gigante de ayudar, pero tenemos que crear un mecanismo para que se pueda hacer de forma eficaz", aseguró.

Pero primer lugar hay que responder a las cuestiones más básicas. "Está la cuestión, por ejemplo, de si reconstruiremos en la ubicación actual de Puerto Príncipe", declaró al canal de televisión CBC el ministro canadiense de Asuntos Exteriores, Lawrence Cannon. Desde el seísmo del día 12 se han producido temblores en la capital haitiana casi a diario, aumentando así las posibilidades de que la ciudad deba ser reconstruida en un lugar más seguro, lejos de las peligrosas fallas.

Cannon recalcó durante la reunión que "incluso en medio de la devastación inconcebible, debemos comenzar a planear, a dar esperanza donde hay desesperación". "Estamos preparados para ayudar", añadió. Por su parte, el primer ministro haitiano señaló que "el pueblo de Haití necesitará más, y más, y más para completar la reconstrucción".

La organización humanitaria Oxfam Internacional había pedido que se cancelase la deuda externa de Haití --que asciende a 890 millones de dólares--, pero Bellerive afirmó que no es la principal preocupación del país aunque sí contribuiría a tener disponibles más recursos.

"De cara a las demandas reales que tenemos, nuestra deuda es mínima", aseguró Bellerive a una televisión antes de que comenzara la reunión. "Lo que estamos buscando es un compromiso de desarrollo a largo plazo (...) de al menos entre cinco y diez años", prosiguió.

El jefe del Gobierno haitiano subrayó también el hecho de que, antes del terremoto, Haití ya había propuesto un plan de desarrollo. "No es una cuestión de regresar al 'status quo'", explicó. El país vecino de Haití, República Dominicana, propuso el lunes pasado a los donantes internacionales la creación de un programa de asistencia de cinco años de duración con un presupuesto de 10.000 millones de dólares.

Por otro lado, Bellerive reconoció que su Gobierno había recibido advertencias de que podía producirse un terremoto pero no actuó. "Debemos admitir que nuestros técnicos geólogos nos habían advertido de la posibilidad de que se produjese un terremoto, pero al estar ocupándonos de conflictos sociales, como la lucha contra la pobreza, no disponíamos de tiempo ni de medios para tomar las medidas necesarias para limitar los daños", argumentó.