Actualizado 21/10/2010 15:01

La desigualdad, un obstáculo para el desarrollo humano en América Latina y Caribe

El PNUD afirma que es posible romper con la transmisión intergeneracional de la desigualdad en la región mediante ciertas políticas públicas


MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo y esta característica constituye un gran obstáculo para reducir la pobreza, avanzar en el desarrollo humano y ampliar las libertades y opciones de las personas, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentado este jueves en Madrid.

El primer Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010, que lleva por título 'Actuar sobre el futuro: romper con la transmisión intergeneracional de la desigualdad', afirma que la desigualdad es alta, persistente y se reproduce en un contexto de baja movilidad socioeconómica, y que existen mecanismos en los hogares y en el sistema político que refuerzan la reproducción de este problema.

El PNUD mantiene que es posible romper con la transmisión intergeneracional de la desigualdad en la región y para ello recomienda elaborar y aplicar políticas públicas con alcance --que lleguen a la gente--, con amplitud --que contemplen el conjunto de restricciones que perpetúan la pobreza y la desigualdad-- y con apropiación --las personas deben sentirse y ser agentes de su propio desarrollo--.

Durante la presentación del informe, el director regional para América Latina y el Caribe del PNUD, Heraldo Muñoz, señaló que esta región "no puede esperar más" para solucionar una situación que es "realmente lamentable" porque esta "enorme desigualdad" afecta a la calidad de vida y al desarrollo humano, un concepto que hace referencia a la expansión de la libertad de las personas para llevar la vida que ellas mismas eligen.

Destacó que el estudio muestra ejemplos de que "es posible avanzar hacia un mayor crecimiento (económico) con más igualdad". "No basta con reducir la pobreza", subrayó Muñoz, que incidió en la necesidad de luchar contra la desigualdad y reforzar la clase media.

CAUSAS DE LA DESIGUALDAD

Diez de los quince países con mayores niveles de desigualdad del mundo se encuentran en América Latina y el Caribe. El secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, lamentó este hecho porque la desigualdad "impacta en el crecimiento, el desarrollo y la democracia".

Por su parte, Francisco Montalbán, de la Dirección General de Política Exterior para Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, dijo en nombre del secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos, Juan Pablo de Laiglesia, que aunque las economías de los grandes países de la región "siguen creciendo" y hay "políticas de apoyo a los más necesitados", la lucha contra la desigualdad no está produciendo los resultados deseados.

En este sentido, recordó que en los proyectos que lleva a cabo la cooperación española y europea en América Latina y el Caribe se han promovido "sistemas tributarios progresivos" y se ha defendido la importancia de que la administración pública esté "al servicio del ciudadano". "Pero tal vez no sea suficiente", admitió.

El PNUD atribuye esta realidad de la región a los "nuevos márgenes de desigualdad". Muñoz explicó que aunque "la cobertura de servicios públicos se ha ampliado en la mayoría de los países, la desigualdad se refleja, por ejemplo, en brechas de calidad".

En torno a 2006, Uruguay, Venezuela, Argentina y Costa Rica eran los países con un menor nivel de desigualdad en la región, mientras que Bolivia, Haití, Brasil y Colombia se encontraban en la situación contraria.

En general, las mujeres y la población indígena y afrodescendiente son los grupos más afectados. Las mujeres de la región reciben un menor salario que los hombres por igual trabajo, tienen mayor presencia en la economía informal y acarrean con una doble carga laboral. Por su parte, la población indígena y afrodescendiente que vive con un dólar al día es el doble que la población eurodescendiente que está en esa situación.

El estudio señala que las políticas públicas más extendidas en la región se han centrado en aspectos específicos de la lucha contra la pobreza sin considerar sin considerar su relación sistémica con la desigualdad. También muestra que el nivel de ingresos o el nivel educativo son factores que han contribuido a reproducir situaciones de desigualdad en desarrollo humano.

Sin embargo, identifica también otras causas estructurales de origen político y social que reflejan factores históricos, falta de igualdad de oportunidades y de acceso a las relaciones de poder, con situaciones de exclusión, opresión y dominación.

SOLUCIONES

La nueva política integral y específica que propone el PNUD para reducir la desigualdad en la región incide sobre las condiciones objetivas de los hogares y las restricciones que enfrentan, sobre aspectos subjetivos que determinan la autonomía y las aspiraciones de movilidad de las personas y, finalmente, sobre la calidad y eficacia de la representación política y la capacidad redistributiva del Estado.

Muñoz dijo que el informe plantea que "la reducción de la desigualdad debe ser la prioridad política en la región" y que para ello es necesario centrarse en los mecanismos que la hacen persistente y que vinculan estas desigualdades entre generaciones. En este contexto, el director regional del PNUD abogó por "romper con el fatalismo" de los más desfavorecidos, que piensan que "siempre han sido pobres y lo seguirán siendo".

En el ámbito político, para interrumpir la transmisión de la desigualdad se requiere, según el estudio, implementar políticas sociales integrales, financiadas con estructuras fiscales más progresivas, y no regresivas, como ocurre actualmente en muchos países de América Latina y el Caribe.

Además, las estrategias de redistribución deben llegar a aquellos para quienes fueron diseñadas y los objetivos de la política pública deben incorporarse al imaginario de los beneficiarios, quienes deben ser sujetos activos de su propio desarrollo, según el informe.

Por último, afirma que la reducción sostenible de la desigualdad implica actuar sobre la baja calidad de la representación política, la debilidad institucional, el acceso diferenciado a la influencia sobre políticas concretas y deficiencias institucionales que derivan en corrupción y captura del Estado por grupos minoritarios.

El estudio anima a "romper el círculo vicioso histórico de la desigualdad" y a "actuar hoy a favor del futuro de nuestros pueblos" porque la reducción de la desigualdad contribuye a fortalecer el crecimiento económico y la cohesión social, mientras que la desigualdad reproduce desigualdad.