Actualizado 05/06/2015 13:27

El derecho a la identidad, un desafío en América Latina

Niños en Nepal, en un espacio coordinado por Plan Internacional
Foto: PLAN INTERNACIONAL

MADRID, 5 Jun. (Notimérica) -

   Nacer y no figurar en ningún registro civil es, básicamente, como no haber nacido. La falta de identidad priva de derechos básicos a todos aquellos individuos cuyo nacimiento no está contemplado por las autoridades de ningún país. Son invisibles.

   Esa es la realidad que sufren, a día de hoy, cerca de cuatro millones de niños y niñas en América Latina -lo que podría equipararse a la población total de Panamá-, según estimaciones del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y afecta principalmente a Perú, Ecuador, Costa Rica, Honduras, Salvador, Guatemala y Colombia.

   Cerca del 10% de los menores de cinco años que nacen en América Latina y Caribe no están inscritos oficialmente, por lo que ven privados sus derechos a servicios tan básicos como la sanidad o la educación, además de dificultar los mecanismos de registro de nacimiento y mortalidad de los Estados a los que pertenecen, dando lugar a estadísticas que no son reales.

   Suelen ser fundamentalmente hijos de indígenas y afrodescendientes, migrantes, hijos de migrantes, hijos de madres solteras o de familias con escasos recursos que viven en zonas rurales o muy remotas.

IMPLICACIONES.

   ¿Hasta qué punto puede perjudicar la vida de un menor el hecho de no figurar en ninguna parte? Además de que no se pueden registrar en el  sistema educativo, no tienen acceso a los servicios de salud pública y que su vida adulta seguramente estará limitada en cuanto al acceso a oportunidades -según varios expertos-, se enfrentan a otros problemas como la imposibilidad de votar, de adquirir una vivienda, de tener acceso a servicios bancarios e incluso de poder gestionar su propio negocio o cobrar una herencia.

'DESAFÍO 2015'.

   Pese a esto, las noticias en la última década son positivas, ya que se ha pasado de tener registrados al 82% de los niños y niñas menores de cinco años en 2006 y al 90% en 2010, acercándose al que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) denominó 'Desafío 2015: Sociedad Civil e Identidad Legal'.

   Este desafío, para el que el BID ha invertido unos cien millones de dólares, consiste en "encontrar soluciones innovadoras que contribuyan a apoyar los esfuerzos de reducir el número de personas sin registro o documento de identidad en América Latina y el Caribe".

   Además, la Organización de Estados Americanos (OEA), a través del Programa de Universalización de la Identidad Civil en las Américas (PUICA), se ha comprometido a ayudar a registrar a todos los niños nacidos en la región, para asegurar el reconocimiento de su derecho a la identidad civil.

   El compromiso de los países para buscar soluciones y lograr el registro universal, gratuito y oportuno es seguramente el factor más determinante en los avances que se van produciendo.

   Del mismo modo, la implicación de algunos actores que hasta hace apenas unos años no habían estado comprometidos con esta regularización, como es el caso de los líderes indígenas y afrodescendientes de la mayoría de las regiones de Latinoamérica y Caribe, ayudará también a la consecución del objetivo.