Publicado 25/04/2019 20:41

Los desastres climatológicos dejan en riesgo a 1,4 millones de personas en Centroamérica

Plantación de azúcar afectada por la sequía en El Salvador
REUTERS / JOSE CABEZAS - Archivo

   MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS/Notimérica) -

   Las sequías prolongadas y las intensas lluvias que han afectado en el último año a El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua han provocado que 1,4 millones de personas necesiten asistencia alimentaria de forma urgente, lo que ha llevado a Naciones Unidas a dar la voz de alarma.

   Los gobiernos del denominado Corredor Seco centroamericano estiman que 2,2 millones de personas han perdido sus cosechas. En concreto, el retraso de las lluvias arruinó un 70 por ciento de las plantaciones en una primera temporada, mientras que el exceso de lluvias destruyó hasta el 50 por ciento en la fase posterior.

   La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) calculan que 1,4 millones de personas necesitan asistencia alimentaria con urgencia, para lo cual han solicitado la comunidad internacional 72 millones de dólares (64,6 millones de euros) a con los que atender a más de 700.000 personas.

   El director del PMA para América Latina y el Caribe, ha advertido en un comunicado, coincidiendo con el periodo de siembra, de que numerosos agricultores de subsistencia --cosechan y consumen lo que siembran, principalmente maíz y frijoles-- "no tienen reservas de alimentos y están en riesgo de perder sus cosechas nuevamente", por lo que ha llamado a apoyarlos ya para que no vuelvan a pasar un periodo "particularmente duro".

   Por su parte, el coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica y representante en Panamá, Adoniram Sanches, ha llamado a "mejorar la resilencia". Así, ante la posibilidad de que el fenómeno El Niño se prolongue hasta el mes de octubre, la ONU ha recomendado alertar a los agricultores para que tomen medidas, por ejemplo reemplazando los cultivos más exigentes.

   "Se deben reforzar los sistemas de vigilancia y alerta temprana y mitigar los efectos de eventos como sequías y lluvias a través de buenas prácticas agrícolas que aumentan la resiliencia y adaptación de las familias para fortalecer sus medios de vida, evitando que estos eventos climáticos comprometan su seguridad alimentaria y los fuercen a migrar", ha explicado Sanches, en alusión a una posibilidad que ya se plantean el 8 por ciento de las familias.

   Según datos de la FAO, el PMA y los propios gobiernos del Corredor Seco, hasta un 82 por ciento de las familias ha vendido sus herramientas de agricultura y sus animales para comprar comida y más del 25 por ciento de los hogares encuestados no tienen suficientes ingresos para cubrir la cesta básica.