Publicado 16/09/2025 14:03

Por qué algunas personas cubren los pomos de las puertas con papel de aluminio (y no tiene que ver con los ladrones)

Por qué algunas personas cubren los pomos de las puertas con papel de aluminio (y no tiene que ver con los ladrones)
Por qué algunas personas cubren los pomos de las puertas con papel de aluminio (y no tiene que ver con los ladrones) - UNSPLASH - PAOLO CHIABRANDO

MADRID 16 Sep. (EUROPA PRESS) -

Cubrir el pomo de una puerta con papel de aluminio se ha presentado en los últimos meses como un supuesto truco sencillo para evitar robos en casa. Según quienes lo difunden -principalmente en redes sociales--, el brillo metálico del papel podría disuadir a los intrusos o, en caso de manipulación, producir ruido suficiente para alertar a los propietarios.

Sin embargo, basta detenerse a pensarlo para comprobar que este método carece de eficacia. Un ladrón con herramientas no se detendrá por una simple lámina de aluminio; el ruido que pueda producir es mínimo -mucho menor que el de una alarma o un golpe seco-, y lo más arriesgado es confiar en este recurso casero en lugar de tomar medidas de seguridad reales, como reforzar las cerraduras o instalar un sistema de alarma.

EL USO REAL DEL PAPEL DE ALUMINIO EN LOS POMOS

Aunque no sirve como medida antirrobo, el papel de aluminio sí tiene un uso práctico en relación con los pomos de las puertas: limpiar y devolver el brillo al metal. Se trata de un truco casero extendido desde la hostelería a los hogares y que también se aplica en cubertería de plata o acero inoxidable.

La explicación está en una sencilla reacción química. Al combinar agua caliente, bicarbonato, sal y bolas de papel de aluminio en un recipiente, se produce un intercambio de electrones que arrastra la oxidación superficial del metal. Al sumergir en esa mezcla los objetos metálicos, como pomos o cubiertos, recuperan su brillo sin necesidad de productos abrasivos.

CÓMO APLICAR EL TRUCO EN CASA

El procedimiento es simple: llenar una olla o sartén con agua, añadir un par de cucharadas de sal y bicarbonato y calentar hasta que hierva. Después, introducir varias bolas de papel de aluminio y sumergir durante unos minutos los objetos metálicos que se quieran limpiar. La reacción electroquímica elimina la capa de óxido y devuelve el aspecto original al metal.

Eso sí, no todos los metales reaccionan igual. En la plata y en algunos inoxidables funciona muy bien, pero en aleaciones modernas con cromo o níquel el resultado puede ser limitado. Además, no debe aplicarse en pomos pintados, cromados o con recubrimientos especiales, ya que el proceso podría dañarlos.

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