Publicado 23/10/2025 10:38

Desconecta.- Un arquitecto técnico explica por qué sí debes ventilar aunque llueva: "El problema no es la lluvia, es la temperatura"

Un arquitecto técnico explica por qué sí debes ventilar aunque llueva: "El problema no es la lluvia, es la temperatura"
Un arquitecto técnico explica por qué sí debes ventilar aunque llueva: "El problema no es la lluvia, es la temperatura" - UNSPLASH - NATHAN DEFIESTA

MADRID 23 Oct. (EUROPA PRESS) -

Después de una ducha caliente en invierno, el espejo se empaña, las toallas no terminan de secarse y el baño se llena de vapor. Lo habitual es pensar que abrir la ventana cuando fuera está lloviendo solo empeorará la humedad y enfriará la casa. Sin embargo, la realidad es justo la contraria.

Así lo explica el arquitecto técnico y divulgador Jordi Martí (@jordimartix) en uno de sus vídeos en TikTok, donde desmonta este error tan común. "El problema no es la lluvia, es la temperatura", resume, al explicar que ventilar con mal tiempo no solo no aumenta la humedad, sino que ayuda a reducirla.

La clave está en un concepto que suele generar confusión: la diferencia entre humedad relativa y humedad absoluta. Comprenderla permite entender por qué abrir las ventanas, incluso en días lluviosos, puede ser beneficioso para el ambiente del hogar.

LA DIFERENCIA ENTRE HUMEDAD RELATIVA Y ABSOLUTA

La humedad relativa mide la cantidad de vapor de agua presente en el aire en relación con la temperatura. Cuanto más caliente está el aire, más vapor puede contener antes de saturarse. Por eso, un 100 % de humedad a 10 grados no equivale a la misma cantidad de vapor que un 100 % a 25 grados.

La humedad absoluta, en cambio, se refiere a la cantidad real de vapor de agua que hay en el aire, independientemente de la temperatura. Y aquí está la clave: el aire frío puede tener el 100 % de humedad relativa, pero en términos absolutos contiene menos agua que el aire cálido del interior de una vivienda.

POR QUÉ VENTILAR FUNCIONA, AUNQUE LLUEVA

Cuando ventilamos en un día lluvioso, el aire exterior -más frío, pero con menos vapor real- entra en la vivienda. Al calentarse dentro, su humedad relativa baja y ayuda a equilibrar la del interior, que suele ser más alta tras duchas, cocinas o calefacciones encendidas.

Por eso, aunque parezca contradictorio, abrir las ventanas unos minutos puede reducir la humedad ambiental, incluso si fuera llueve. Además, renovar el aire mejora la calidad del ambiente, elimina olores y previene la aparición de moho o condensaciones en paredes y cristales.

CÓMO VENTILAR CORRECTAMENTE EN INVIERNO

Los expertos recomiendan ventilar entre cinco y diez minutos al día, preferiblemente por la mañana, abriendo ventanas en lados opuestos de la casa para crear corriente. En días especialmente húmedos, es mejor hacerlo en las horas más templadas y evitar mantener las ventanas abiertas durante mucho tiempo seguido.

También es aconsejable mantener una temperatura interior estable, usar extractores en baños y cocinas y no secar ropa dentro de casa si no hay buena ventilación. Pequeños gestos que, combinados con un buen aislamiento, reducen la sensación de humedad sin perder confort térmico.

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