MADRID 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
Con las altas temperaturas del verano, dormir bien ya es complicado. Pero hay algo que puede empeorarlo sin que te des cuenta: las sábanas. Entre el sudor nocturno, las duchas que a veces se posponen y la pereza de hacer la cama a diario, muchas personas alargan más de lo recomendable el momento de cambiarlas. ¿El resultado? No solo un descanso menos higiénico, sino también un caldo de cultivo perfecto para alergias, picores y problemas de piel.
Lo que parece un simple descuido doméstico puede tener consecuencias para la salud. Y no lo dice cualquiera. El farmacéutico madrileño y divulgador Álvaro Fernández, conocido en redes como @farmaceuticofernandez, ha explicado en un reciente vídeo por qué es importante cambiar las sábanas con frecuencia, sobre todo en verano. "Si no lo haces con regularidad, estás durmiendo en una granja de bacterias", advierte.
EL MÍNIMO RECOMENDADO
La recomendación científica, según detalla Fernández, es clara: lo ideal es cambiar las sábanas una vez a la semana, y cada diez días como máximo. En casos como el verano, cuando el cuerpo suda más durante la noche, conviene hacerlo incluso cada tres o cuatro días para mantener una higiene adecuada.
Durante el sueño, el cuerpo libera sudor, células muertas, grasa, restos de cremas, saliva, pelo y otros residuos corporales. Todo eso se va acumulando en la ropa de cama, lo que crea un ambiente perfecto para que proliferen bacterias, hongos y ácaros del polvo.
QUÉ CONSECUENCIAS PUEDE TENER
Dormir sobre sábanas sucias no solo provoca mal olor. Según el farmacéutico, puede empeorar alergias respiratorias como el asma, favorecer problemas cutáneos como la dermatitis o el acné, y aumentar el riesgo de infecciones cutáneas, respiratorias o incluso gastrointestinales. También puede causar picor de ojos y nariz, y molestias generales que alteran el descanso.
CUÁNDO CONVIENE CAMBIARLAS MÁS A MENUDO
Además del calor, hay ciertas circunstancias que hacen recomendable cambiar las sábanas más de una vez por semana. Por ejemplo:
Si duermes desnudo
Si tienes mascotas en la cama
Si has estado enfermo recientemente
Si has sudado en exceso (tras una ola de calor o una fiebre)
Si has tenido compañía en la cama, y no solo en sentido romántico
En esos casos, el propio Fernández aconseja no esperar y lavar directamente.
Y LA ALMOHADA, ¿QUÉ?
Un punto clave que muchos olvidan es la funda de la almohada. Si tienes la piel grasa o con tendencia al acné, lo ideal es cambiarla cada tres días, ya que está en contacto directo con el rostro durante horas.
VENTILAR NO ES SUFICIENTE
Aunque ventilar la cama cada mañana es una buena costumbre, el farmacéutico insiste: "ventilar no sustituye a lavar". Las bacterias, los ácaros y la suciedad no se evaporan con el aire, así que mantener una rutina de limpieza frecuente es fundamental si quieres dormir limpio.