MADRID 9 May. (EUROPA PRESS) -
Servir una buena caña no depende solo del tipo de cerveza, el grifo o la temperatura. Hay un detalle mucho más sencillo y fácil de pasar por alto que puede estropear su sabor sin que te des cuenta: el estado del vaso. Si al servirla aparecen burbujas adheridas al cristal, el problema no está en la bebida, sino en el recipiente.
El creador de contenido @restobarlaspenhas, especializado en curiosidades del mundo de la hostelería, lo explica en un vídeo viral en TikTok. En él muestra cómo restos invisibles de polvo, grasa o suciedad en el vaso provocan la pérdida prematura del gas, afectando a la textura y al disfrute de la cerveza.
DIFERENTES COMPORTAMIENTOS: VASO LIMPIO O SUCIO
Cuando una copa presenta restos de polvo, grasa o cualquier otra impureza, se generan lo que se conoce como puntos de nucleación. Estos puntos son zonas donde se acumula el gas de la bebida, formando burbujas visibles que se adhieren a las paredes del vaso. Este efecto puede dar la sensación de que la bebida tiene más carbónico del habitual, cuando en realidad lo está perdiendo más rápido.
Por el contrario, en una copa completamente limpia, las burbujas no se forman con tanta facilidad. Pues una cerveza en un vaso o copa limpio mantiene su carbonatación durante más tiempo, mejor conservada y con una textura mucho más agradable al paladar.
CÓMO GARANTIZAR UNA CAÑA BIEN SERVIDA
El consejo profesional que comparte @restobarlaspenhas es claro: antes de servir una cerveza, el vaso debe enjuagarse con agua de un grifo diseñado para ese fin, presente en la mayoría de barras. Esta simple acción elimina partículas invisibles al ojo humano y reduce al mínimo los puntos de nucleación.
Además, aunque hay quienes defienden la idea de "romper" la cerveza al servirla, esto entra más en el terreno de los gustos personales. Para quienes prefieren una cerveza más suave y menos efervescente, esta práctica puede resultar atractiva, pero en términos técnicos, lo ideal es mantener el carbónico el mayor tiempo posible.