MADRID 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Con la llegada del calor, el uso del aire acondicionado se vuelve casi obligatorio en muchos hogares para mantener una temperatura agradable. Sin embargo, su mal uso puede provocar un aumento considerable en el consumo eléctrico y, por tanto, en la factura de la luz, sin que se perciba fácilmente. Conocer y evitar estos errores comunes es fundamental para optimizar el consumo energético y disfrutar del frescor de forma eficiente.
Además de la correcta regulación del aparato, el mantenimiento periódico y la combinación con otros sistemas como ventiladores pueden marcar la diferencia. Controlar estos aspectos ayuda a ahorrar al mismo tiempo que mejora el confort y la salud en el hogar durante los meses más calurosos del año.
AJUSTAR TEMPERATURAS DEMASIADO BAJAS
Programar el aire acondicionado a temperaturas muy bajas, como 18 °C, con la idea de enfriar la habitación más rápido es un error común. El equipo tarda el mismo tiempo en bajar la temperatura a un nivel confortable, por ejemplo 24 °C, pero si se establece un nivel más bajo seguirá trabajando innecesariamente para llegar a esa meta, lo que aumenta el consumo eléctrico. De hecho, cada grado adicional de enfriamiento puede incrementar la factura en al menos un 7 %.
Por eso, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda mantener una diferencia de temperatura razonable con el exterior, idealmente unos 8 grados menos para equilibrar comodidad y ahorro. Además, funciones como "Turbo" o "Power cool" permiten un enfriamiento rápido sin bajar la temperatura objetivo permanentemente.
LIMPIEZA DE FILTROS
El mantenimiento es un factor clave para que el aire acondicionado funcione correctamente. La OCU explica que los filtros sucios dificultan el paso del aire y obligan al compresor a esforzarse más, lo que incrementa el consumo energético entre un 5% y un 15%.
Además, los filtros obstruidos pueden afectar la calidad del aire interior y provocar problemas de salud. Por ello, realizar una limpieza o sustitución periódica, a ser posible antes de la temporada de uso intenso, garantiza un rendimiento óptimo y un ambiente saludable.
VENTILADORES
Aunque los ventiladores no enfrían el aire, sí mejoran la sensación térmica al favorecer la evaporación del sudor en la piel. La OCU destaca que utilizarlos junto al aire acondicionado permite aumentar ligeramente la temperatura del termostato, reduciendo así el consumo eléctrico.
En particular, los ventiladores de techo ayudan a distribuir el aire frío de forma homogénea, haciendo que el ambiente se sienta más fresco sin necesidad de enfriar tanto. Además, son mucho más económicos en la compra y en su uso, convirtiéndose en una alternativa eficiente para reducir la dependencia del aire acondicionado.
FUGAS DE AIRE CALIENTE
Para optimizar el funcionamiento del aire acondicionado, la OCU subraya la importancia de que puertas y ventanas estén bien selladas para evitar que el aire frío escape y que el calor exterior entre. Las filtraciones aumentan la carga de trabajo del aparato y, por ende, el consumo eléctrico.
Soluciones sencillas, como la instalación de burletes o el uso temporal de toallas para bloquear corrientes, pueden mejorar notablemente la eficiencia. A largo plazo, invertir en el aislamiento térmico de la vivienda es la mejor forma de reducir pérdidas energéticas, y existen ayudas y subvenciones que facilitan estas reformas.
USO DE APARATOS QUE GENERAN CALOR
El uso simultáneo de electrodomésticos que generan calor, como hornos, secadoras o planchas, durante el funcionamiento del aire acondicionado provoca que el sistema tenga que trabajar más para mantener la temperatura deseada.
La OCU advierte que este esfuerzo extra eleva el consumo eléctrico. Para evitarlo, se recomienda emplear estos aparatos en horarios con menor radiación solar, como durante la noche, o utilizar alternativas más eficientes, como freidoras de aire, que calientan menos la cocina y ayudan a reducir el gasto energético.