MADRID 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
Hacer una buena paella en casa nunca ha sido fácil: requiere técnica, buen producto y también el recipiente adecuado. A esa dificultad natural se suma, en muchos hogares, el uso de cocinas de inducción, donde preparar arroz puede convertirse en un reto añadido. Pero según el experto en arroces Félix Vallugera (@cookobsession), el verdadero problema no está en la inducción en sí, sino en la sartén con la que intentamos cocinarla.
En uno de sus vídeos más recientes, Vallugera mostró con un experimento práctico por qué una sartén de inducción común no es lo más recomendable para este tipo de recetas. Según explica, aunque a simple vista parezca amplia, su base útil para transmitir calor es mucho más pequeña de lo que indica el diámetro.
LA DIFERENCIA ENTRE SARTÉN Y PAELLA
En el vídeo, Vallugera utiliza una sartén de 31 centímetros y demuestra cómo, al darle la vuelta, la zona de eficiencia de la inducción se reduce a apenas 22 centímetros. Eso significa que el calor se concentra en el centro, creando un "punto caliente" que no llega a los bordes. El resultado: el agua no hierve de forma homogénea y el arroz se cocina de manera desigual.
Con una paella ocurre justo lo contrario. Este recipiente está diseñado con una base ancha y un fondo termodifusor que reparte el calor por toda la superficie. En su ejemplo, una paella de 33 centímetros mantiene una zona de eficiencia prácticamente igual a su diámetro, con un hervido uniforme en toda la base.
POR QUÉ NO ES CULPA DE LA INDUCCIÓN
El chef insiste en que la inducción no tiene nada de malo para preparar arroces. El verdadero problema está en que muchas sartenes no transmiten el calor de forma uniforme, generando puntos muertos que arruinan la cocción. "Si tu paella en la sartén solo hierve en el centro, mal vamos", resume Vallugera.
Este detalle técnico explica por qué tantos intentos caseros acaban en decepción: la receta no falla por el fuego, sino porque el recipiente elegido no está pensado para mantener una temperatura homogénea en toda la superficie.
LA CLAVE PARA LOGRAR UN ARROZ PERFECTO
Para Vallugera, la solución es sencilla: invertir en una buena paella apta para inducción. Estos recipientes no solo garantizan un reparto uniforme del calor, sino que además cuentan con un fondo lo suficientemente grueso como para estabilizar la temperatura. El resultado es un arroz que hierve de manera constante, sin extremos quemados ni bordes crudos.
"Así es como debería hervir una paella en inducción", afirma, mostrando cómo el agua burbujea de manera homogénea en toda la base. De esta forma, la inducción deja de ser el enemigo y se convierte en un aliado para conseguir un plato digno de restaurante en la cocina de casa.