MADRID 28 May. (EUROPA PRESS) -
Aunque parezca un lugar seguro para conservar la comida, el refrigerador puede convertirse en un foco de contaminación si no se limpia adecuadamente y no se mantiene a la temperatura correcta.
Así lo advierte la ingeniera de alimentos y divulgadora Mariana Zapién en un vídeo compartido en Instagram, donde alerta de que "las bacterias pueden sobrevivir en tu refri y contaminar alimentos si no se almacenan correctamente".
Zapién se basa en un estudio publicado en el Journal of Food Protection que analizó 100 frigoríficos domésticos en Japón y detectó altas concentraciones bacterianas especialmente en tres zonas: el compartimento de los huevos, la parte inferior y el cajón de frutas y verduras.
LAS ZONAS MÁS CONTAMINADAS DEL FRIGORÍFICO
Según la divulgadora, estas tres áreas -hueveras, parte inferior y cajones de frutas y verduras- concentran gran parte de la carga microbiana por ser espacios húmedos, con restos de alimentos y a menudo poco ventilados. A esto se suma, en muchos casos, una limpieza irregular o insuficiente.
"La contaminación del refri está relacionada con un pobre manejo higiénico de los alimentos y temperaturas incorrectas", explica Zapién, quien recuerda que las bacterias no solo sobreviven, sino que también pueden formar biopelículas, es decir, comunidades microbianas que se adhieren a las superficies y resisten la limpieza común. Estas biopelículas, además, aumentan el riesgo de contaminación cruzada entre alimentos.
CÓMO EVITAR QUE LAS BACTERIAS SE PROPAGUEN
Para reducir estos riesgos, la ingeniera recomienda:
Mantener el frigorífico a 4°C o menos, para frenar el crecimiento microbiano.
Separar los alimentos crudos de los cocidos y guardarlos en recipientes herméticos.
Limpiar y desinfectar con regularidad, sobre todo en las zonas más expuestas a residuos y humedad.
Revisar con frecuencia el estado de los alimentos para desechar los que estén en mal estado.