Publicado 06/06/2025 10:26

Por qué no debes comprar melón o sandía en el supermercado si está partida por la mitad: la advertencia de los expertos

Por qué no debes comprar melón o sandía en el supermercado si está partida por la mitad
Por qué no debes comprar melón o sandía en el supermercado si está partida por la mitad - TIKTOK @COMIENDOCONDUNA

MADRID 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

Puede parecer práctico e incluso tentador llevarse medio melón o una sandía ya cortada si solo necesitas una porción. Pero detrás de esa comodidad puede esconderse un riesgo para la salud del que no todos los consumidores son conscientes. Y es que, una vez abierta, esta fruta deja de estar protegida por su corteza natural y puede convertirse en un caldo de cultivo para bacterias como Listeria, Salmonella o E. coli si no se manipula y conserva correctamente.

Tal como explica la dietista-nutricionista Duna Nicolau en uno de sus vídeos divulgativos, la corteza del melón y la sandía actúa como una capa protectora contra contaminantes del entorno, ya sean del suelo, del transporte o del punto de venta. "Desde el momento en que se abre, empieza la proliferación de microorganismos", señala, haciendo hincapié en que la pulpa expuesta es mucho más vulnerable a las bacterias que puedan estar presentes en el ambiente.

CORTADA Y A TEMPERATURA AMBIENTE

El problema se agrava si estas frutas cortadas no se almacenan en refrigeración. "En el supermercado no nos estamos asegurando de que se esté llevando a cabo una buena manipulación del alimento", advierte Nicolau, quien subraya que muchas veces estos productos están expuestos a temperatura ambiente, lo que rompe la cadena del frío y eleva el riesgo de contaminación.

Las autoridades sanitarias coinciden. Según recoge la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), "las frutas mínimamente procesadas deben conservarse en frío desde su elaboración hasta su consumo". Y recuerda que, una vez cortadas, deben mantenerse siempre a temperaturas iguales o inferiores a 5 ºC.

De forma excepcional, se permite que piezas como el melón o la sandía partidas por la mitad permanezcan un máximo de 3 horas a temperatura ambiente inferior a 25 ºC, siempre que se ubiquen en un entorno ventilado, sin exposición directa al sol y que después se mantengan refrigeradas de forma continua. Esta medida está pensada para situaciones muy controladas, como las de algunos establecimientos autorizados.

RIESGOS REALES: LISTERIA, SALMONELLA Y MÁS

La AESAN señala que uno de los peligros más relevantes en frutas cortadas es la proliferación de Listeria monocytogenes, una bacteria capaz de multiplicarse incluso a temperaturas de refrigeración y que puede tener consecuencias graves en personas con sistemas inmunitarios debilitados, embarazadas o ancianos.

Además, otros patógenos como Salmonella spp., Escherichia coli o Norovirus también pueden encontrarse en frutas cortadas que han sido mal conservadas o manipuladas sin las debidas precauciones higiénicas.

La Salmonella y la E. coli pueden provocar diarreas intensas y cuadros de fiebre, mientras que el norovirus -uno de los principales causantes de brotes de gastroenteritis- se transmite con facilidad y puede provocar vómitos, diarrea y malestar estomacal en cuestión de horas.

¿QUÉ PUEDES HACER COMO CONSUMIDOR?

Las recomendaciones son claras:

Evita comprar melón o sandía que no estén perfectamente refrigeradas.

Asegúrate de que están envasadas de forma higiénica, preferiblemente en atmósfera modificada y con etiquetado completo.

Consume la fruta lo antes posible y guárdala siempre en frío.

En caso de dudar sobre su conservación en el punto de venta, es mejor optar por piezas enteras.

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