Actualizado 31/05/2017 09:10

La desigualdad y el menor gasto público en América Latina frenan desarrollo social de la región

Desigualdad
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   MADRID, 30 May. (Reuters/Notimérica) -

   El ritmo de disminución de la desigualdad en los ingresos en América Latina ha bajado en los últimos años, en línea con un menor gasto social, lo que constituye un obstáculo para el desarrollo sostenible de la región, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

   La CEPAL indicó que una estructura productiva poco diversificada, en la que los sectores de baja productividad generan aproximadamente un 50 por ciento del empleo, constituye un determinante fundamental para esta asimetría.

   "La desigualdad es una característica histórica y estructural en América Latina (...) Avanzar hacia su reducción significativa es uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, suscrita por todos los países de la región", señaló la secretaria ejecutiva de la CEPAL Alicia Bárcena.

   Basado en el coeficiente de Gini para ingresos personales, América Latina en 2015 obtuvo un valor promedio de 0,469 para 17 países (0 representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima), un nivel considerado alto. Si bien el índice disminuyó 1,2 por ciento entre 2008 y 2012, su ritmo de descenso se desaceleró a la mitad entre 2012 y 2015.

   Asimismo, uno de los pilares fundamentales para reducir la desigualdad es lograr la autonomía económica de la mujer. Sin embargo, en la región solamente una de cada dos mujeres en edad de trabajar tiene un empleo o lo busca, al mismo tiempo que perciben en promedio el 83,9 por ciento del salario que reciben los hombres.

   La entidad reparó además sobre la estructura de la propiedad (de activos físicos y financieros) como un factor fundamental de la reproducción de la desigualdad en la región, el que puede ser contrarrestado con un mayor dinamismo del gasto por parte de los gobiernos.

   Así, en materia de gasto social (protección social, educación, salud) este alcanzó en 2015 su máximo histórico en la región (10,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) para el gobierno central y 14,5 por ciento del PIB para el sector público.

   No obstante, los presupuestos de gasto social 2016-2017 registran contracciones en la mayoría de los países, pese a que las estimaciones del PIB son en general de crecimiento moderado.