Actualizado 22/03/2018 09:42

Día Mundial del Agua en Iberoamérica, donde el agua es abundante pero no su distribución

AGUA
REUTERS
       

   MADRID, 22 Mar. (Notimérica) -

   El acceso al agua potable y al saneamiento es esencial para los Derechos Humanos, la dignidad y la supervivencia de mujeres y hombres de todo el mundo, en especial los más desfavorecidos, según destaca la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con motivo del 'Día Mundial del Agua', celebrado este 22 de marzo, que en Iberoamérica se conmemora luchando contra las sequías que azotan la región.

   La ONU designó esta fecha en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) de 1992 en Río de Janeiro con el objetivo de valorar la importancia del agua y reflexionar acerca de los problemas relacionados con ella, así como tomar medidas para cambiar la situación.

   Este año la Organización se ha centrado en limitar la liberación en la naturaleza de aguas residuales sin tratar no solo de salvar vidas y mejorar la salud de los ecosistemas, sino de, además, contribuir a fomentar el crecimiento sostenible.

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   El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.

   Propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente.

   Actualmente, más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua potable cerca de casa, lo que les obliga a pasar horas haciendo cola o trasladándose a fuentes lejanas, así como a hacer frente a problemas de salud debido al consumo de agua contaminada.

IBEROAMÉRICA Y LAS SEQUÍAS

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   El escenario hídrico en Iberoamérica presenta una clara desigualdad. Según el Foro Económico Mundial uno de los casos más evidentes de sequía es Bolivia. El país andino se caracteriza por la desafortunada contraposición entre sus abundantes fuentes de agua y los pocos sistemas de distribución, así como sus serias limitaciones en el acceso a esta en zonas rurales y urbana.

   Los glaciares andinos, formidables fuentes naturales de la provisión de agua y protagonistas de obras hidráulicas muy importantes, están amenazados por el calentamiento global y los que son claves para La Paz y El Alto están desapareciendo de manera acelerada, como ya ha sucedido con el de Chacaltaya, inexistente desde hace un lustro.

   La huella de las sequías está siendo dramática en el país, desde 2015 hasta la fecha, siete de las principales ciudades bolivianas han sufrido un déficit crítico de agua: La Paz, El Alto, Cochabamba, Sucre, Oruro y Potosí.

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   Las cifras indican que esta situación afecta a más de 177.000 familias y que 173 municipios están en alerta. Además, se estima que esto damnifica a más de 600.000 hectáreas de cultivos y casi 600.000 cabezas de ganado y las pérdidas agrícolas alcanzan ya los 125 millones de dólares en la campaña de verano y otro tanto en la de invierno, según el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.

   Otro de los países más afectados por la sequía es Brasil, en el que la zona nordeste de la nación entró en 2017 en su sexto año consecutivo de sequía, hecho inédito en los últimos 100 años. El estiaje, iniciado en 2012, impacta en los estados del territorio y está relacionado tanto con los factores climáticos como con los efectos del agronegocio.

OBJETIVO REDUCCIÓN Y REUTILIZACIÓN

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   Sin embargo, la sequía no es el único problema que envuelve a los recursos hídricos en el mundo, ya que este año la ONU ha decidido centrar sus esfuerzos en cómo reducir y reutilizar este recurso natural tan preciado.

   En esta ocasión, la ONU se ha concentrado en el desperdicio del agua y en cómo reducir y reutilizar hasta un 80 por ciento de la que malgastamos en las casas, industrias y agricultura y que fluye de vuelta a la naturaleza, contaminando el medio ambiente y perdiendo nutrientes valiosos.

   Se necesita aumentar la recolección y tratamiento de las aguas residuales y reciclarlas de una forma segura. Al mismo tiempo se necesita reducir la cantidad de agua que contaminamos y malgastamos para ayudar a proteger el medio ambiente y los recursos hídricos.

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   La Organización ha elaborado un informe con los 17 objetivos de desarrollo sostenible para transformar el mundo, entre los cuales el dedicado a los recursos hídricos es el objetivo número seis: garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.

   "El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en el que deberíamos vivir", ha expresado la ONU, organismo que asegura que hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este objetivo.

   La escasez de recursos hídricos, la mala calidad del agua y el saneamiento inadecuado influyen negativamente en la seguridad alimentaria, las opciones de medios de subsistencia y las oportunidades de educación para las familias pobres en todo el mundo.

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   La sequía afecta a algunos de los países más pobres del mundo, recrudece el hambre y la desnutrición. Se estima que para 2050, al menos una de cada cuatro personas probablemente viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce.

   Según datos destacados, 1.800 millones de personas usan una fuente de agua contaminada por material fecal, poniéndolas en riesgo de contraer cólera, disentería, tifus o polio. El agua no potable y unas pobres infraestructuras sanitarias, así como la falta de higiene, causa alrededor de 842.000 muertes al año en el mundo.

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