Actualizado 15/10/2009 22:12

EEUU.- La defensa de Pablo Ibar informará el lunes al tribunal de EEUU de que las huellas tampoco son de William Ortiz


MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

La defensa de Pablo Ibar, el español que permanece desde el año 2000 en el corredor de la muerte de una cárcel de Florida (Estados Unidos), informará el próximo lunes al Tribunal estadounidense de Broward Country de que las huellas dactilares recogidas en el lugar del crimen no se corresponden a las de su defendido ni a las de William Ortiz, de 37 años y quien habría confesado, según un testigo, el triple crimen por el que fue condenado el preso español.

En la 'status conference' (conferencia de seguimiento) sobre este caso que se celebrará a partir de las 8.45 horas del próximo lunes en Florida (14.45 hora española), el tribunal estudiará igualmente un informe del Estado de Florida sobre el compromiso de proporcionar muestras de ADN del escenario del crimen con las que realizar los cotejos correspondientes.

Sobre este punto, la defensa de Ibar solicitará un cotejo independiente de las muestras de ADN recabadas en la escena del asesinato en 1994 del dueño de un local nocturno, Casmir Sucharsky, y de dos modelos, Sharon Anderson y Marie Rogers, según informó la Asociación contra la pena de muerte 'Pablo Ibar' en un comunicado.

La defensa de Ibar sigue a la espera de una decisión sobre su moción principal, en apoyo de la cual presentó multitud de pruebas en una audiencia probatoria que se celebró el pasado mes de marzo, para que el juicio se declare nulo. Entre otras cosas, la defensa de Ibar sostiene que en el juicio a su cliente no se respetaron los derechos constitucionales de Ibar porque el abogado de oficio que le asistió no procuró la asistencia de un experto de identificación facial que estableciera que es imposible identificar a Pablo como uno de los autores del crimen basándose exclusivamente en la grabación de una cámara de vigilancia del domicilio donde tuvieron lugar los asesinatos.

EL CASO Y LAS PRUEBAS

Ibar fue condenado a muerte en 2000 por el presunto asesinato, en 1994, del propietario de una vivienda de Mirarmar (Florida), Casimir Sucharski, y de dos mujeres, Sharon Anderson y Marie Rodgers. Según la asociación de apoyo al español, el abogado de oficio reconoció públicamente que no había hecho una buena defensa y que sentía que "por su culpa" hubiera una persona en el corredor de la muerte.

Asimismo, varios expertos juristas denunciaron "importantes irregularidades procesales" durante el desarrollo de las investigaciones y el juicio (por ejemplo, una rueda de reconocimiento en ausencia de un abogado) y, según la asociación, "ninguna" de las pruebas de ADN, huellas dactilares y análisis de pelos realizadas sobre muestras tomadas en el lugar de los hechos, correspondieron con el ADN, huellas dactilares o pelo de Pablo Ibar, "a pesar de que los asesinos permanecieron durante 22 minutos en el salón de la casa, durante los cuales son grabados todos sus movimientos".

"La principal prueba inculpatoria para Pablo Ibar es una fotografía obtenida de una imagen de malísima calidad extraída del vídeo que grabó el crimen y posteriormente manipulada", una prueba que "en España no podría utilizarse en un juicio debido a la manipulación sufrida".