Publicado 31/12/2013 20:44

Los médicos no dedican ni un minuto a hablar de sexo con los adolescentes

MADRID, 31 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los médicos están perdiendo una gran oportunidad de aportar información sobre sexo a sus pacientes adolescentes al no abordar el tema en los controles rutinarios, según concluye una investigación publicada en 'JAMA Pediatrics'.

El estudio vio que menos de dos tercios de los médicos y los pacientes adolescentes hablan de sexo, sexualidad o citas durante las visitas anuales y las conversaciones que se producen duran menos de un minuto.

"Para los adolescentes que están tratando de entender el sexo y la sexualidad, no hablar sobre el sexo puede tener enormes implicaciones", alerta el autor principal del trabajo, Stewart Alexander, profesor asociado de Medicina el Centro Médico de la Universidad de Duke, en Estados Unidos.

Durante las visitas anuales, los médicos pueden promover una serie de comportamientos saludables a los pacientes adolescentes al hablarles sobre cuestiones como fumar, beber o usar cinturones de seguridad.

El sexo es otro de los temas que la Academia Americana de Pediatría recomienda que los médicos aborden con los adolescentes. Aunque estas conversaciones pueden ser incómodas para el paciente y el profesional por igual, son oportunidades importantes para discutir acerca del desarrollo sexual, las infecciones de transmisión sexual y la prevención del embarazo.

Se recomienda un tiempo privado confidencial durante las visitas anuales a la hora de mantener estas conversaciones sensibles. Las charlas confidenciales ayudan a establecer relaciones de confianza entre los médicos y los pacientes y revelaciones sinceras de los adolescentes sobre el tema del sexo.

Estudios anteriores sobre las conversaciones de las relaciones sexuales durante las visitas al médico se basaron en la información aportada por adolescentes y médicos tras las visitas.

Para capturar las conversaciones que ocurren naturalmente, científicos de Duke reunieron grabaciones de audio de las visitas anuales de 253 adolescentes. Estos jóvenes, que tenían entre 12 y 17 años, visitaron a pediatras y médicos de medicina familiar en 11 clínicas en Carolina del Norte.

Los autores del estudio escucharon en las grabaciones cualquier mención a la actividad sexual, la sexualidad o las citas y detectaron que los médicos educaron sobre sexo en el 65 por ciento de las visitas, con charlas de unos 36 segundos.

El otro 35 por ciento de las visitas no incluyó ninguna mención al sexo y ninguno de los adolescentes inició una conversación sobre el sexo, lo que refuerza la necesidad de que los médicos comiencen el debate.

"Vimos que los médicos pasaron un promedio de 22,4 minutos en la sala de examen con sus pacientes. Incluso cuando se produjeron charlas sobre el sexo, menos del 3 por ciento de la visita estuvo dedicada a temas relacionados con el sexo", resume Alexander. "Este intercambio limitado fue probablemente insuficiente para satisfacer las necesidades de prevención en lo relativo a la salud sexual de los adolescentes", advierte.

La participación de los adolescentes en estas discusiones varió: cuando los médicos les hicieron preguntas sobre sexi, la mitad respondió con sí o no limitando el intercambio de información y un escaso 4 por ciento de los adolescentes prolongó la charla con sus doctores.

LAS MUJERES SE ATREVEN MÁS A HABLAR DE SEXO

Las adolescentes tenían más del doble de probabilidades de pasar más tiempo hablando sobre el sexo que sus contrapartes masculinos. Mientras que las mujeres pueden tener más que discutir cuando se trata de control de la natalidad y la prevención del embarazo, el hallazgo plantea la preocupación de que los hombres podrían estar perdiendo beneficios en esas visitas anuales.

"La implicación de los hombres es problemática porque a medida que envejecen se vuelven menos propensos a ver a los médicos rutinariamente fuera de chequeos o exámenes físicos para cuestiones deportivas --explica Alexander--. Por lo tanto, las visitas anuales resultan esenciales y son tal vez la única oportunidad de los médicos para afrontar el tema de las conductas sexuales con los adolescentes varones".

Los expertos también vieron que los adolescentes de más edad eran más propensos a hablar de sexo en sus visitas que los adolescentes más jóvenes, a pesar de que las guías actuales recomiendan que los médicos comiencen estas conversaciones en la adolescencia temprana, antes de que los adolescentes sean sexualmente activos.

"Se dice que siempre es mejor tener la conversación con dos años de antelación que un día demasiado tarde --señala Alexander--. Si se llega un día más tarde, los adolescentes pueden ya estar participando en conductas sexuales que pueden tener consecuencias para ellos".

Las visitas más largas y con confidencialidad registraron más posibilidades de que el sexo se hubiera mencionado. Sólo el 31 por ciento de las visitas incluyó una conversación confidencial entre el médico y el paciente, pero cuando se hizo, el sexo tenía cuatro veces más probabilidades de estar en la charla.

"A pesar de que los adolescentes tienen acceso a la información sobre el sexo de una variedad de fuentes, los médicos podrían hacer más para apoyar el desarrollo sexual saludable de los adolescentes", recomienda Alexander. "El inicio de conversaciones demuestra que los adolescentes que hablan de sexo como una parte normal de un chequeo pueden abrir la puerta a discusiones más amplias", apostilla.