MÉXICO DF, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha ordenado a los fiscales mantener una política de 'tolerancia cero' frente al tráfico de armas hacia México. De esta forma responde la misión 'Rápido y Furioso', que pretendía rastrear el flujo de armamento mediante la venta de armas controladas a narcotraficantes. La operación fracasó al perder la pista de dicho armamento.
El Departamento --del que depende la Oficina para el control del Alcohol, Tabaco y Armas (ATF)-- pide terminar con la puesta en marcha de todo operativo que contemple el traspaso de armas al sur de la frontera.
"No deberíamos diseñar o ejecutar operativos encubiertos que incluyan el tráfico de armas por la frontera. Si tenemos conocimiento de armamento que está por pasar la frontera, debemos actuar de inmediato para evitar que cruce, incluso cuando eso termine prematuramente con la operación y se ponga en riesgo la investigación", se advierte en un documento interno al que ha tenido acceso la cadena estadounidense CBS.
Varios agentes han revelado últimamente que la ATF permitía el paso de armas con el fin de poder luego imputar a los criminales. La semana pasada el agente John Dodson aseguró que hasta entonces no se habían recibido órdenes para suspender estas prácticas.
"Las mismas operaciones que están denunciando continúan funcionando todavía dentro del territorio mexicano y México no tiene ni la menor idea de lo que está ocurriendo", advirtió en días pasados en entrevista para la cadena mexicana Univisión.
Al parecer algunos efectivos de la ATF destinados en Arizona se opusieron a la misión 'Rápido y Furioso' al entender que era "extremadamente peligrosa". Así se lo hicieron saber a sus superiores, que rechazaron sus quejas.
Los datos extraídos apuntan a que, a consecuencia de esta operación, en 15 meses entraron en México casi 2.000 armas de fuego, informa 'El Universal'. No se trata de la primera estrategia de esta naturaleza que Estados Unidos lleva a cabo.