SAN JUAN, 2 Oct. (Notimérica) -
Han pasado 12 días desde que el huracán María azotó la isla de Puerto Rico. El territorio se encuentra paralizado, con carencias de electricidad, combustible, agua y comida. Puerto Rico está devastado, arrasado y con dolor por la muerte de 16 personas y numerosas heridas.
La isla es un país roto por los cuatro costados y tardará meses en recomponerse, pero todo sería más rápido si desde Washington les ofrecieran una ayuda rápida y eficaz, como demandan las víctimas de este desastre natural.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, afirma que Washington está trabajando a una con ellos y que las agencias federales y el ejército se están volcando en la isla, aunque al mismo tiempo recuerda que los puertirriqueños deben ser tratados como "ciudadanos americanos".
La isla ha declarado la quiebra, debe 73.000 millones de dólares a sus acreedores y ya antes del huracán no pasaba por buenos momentos económicos para hacer frente a sus sistemas de salud y de pensiones.
Cada día que pasa entre los escombros, el caos y la desesperación, Puerto Rico se queja de que Estados Unidos está descuidando la tragedia de los boricuas en comparación con la rapidez y la cantidad de recursos que se pusieron para axiliar a Texas y Florida tras 'Irma' y 'Harvey'.
"Si alguien allá afuera nos está escuchando, nos estamos muriendo y ustedes nos están matando con su ineficiencia y su burocracia", declaró la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz.
MALAS INFRAESTRUCTURAS
La devastación de las infraestructuras ha sido total en Puerto Rico, tan solo un cinco por ciento de la población tiene electricidad, un 35 por ciento de las gasolineras siguen cerradas, y las que permanecen abiertas se enfrentan a largas colas.
Más de 10.000 personas siguen sin vivienda y están distribuidas en 150 refugios habilitados a lo largo de toda la isla. ¡Puerto Rico necesita ayuda urgente! #PuertoRicoSéFuerte