Actualizado 09/02/2006 21:04

Epaña/Bolivia.- Una enfermera declara que Javier Villanueva y Diodato tenían "una relación sólo de amigos"


SEVILLA, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

Una de las enfermeras de la clínica Bilbao, donde estuvo ingresado el italiano Marco Marino Diodato --de donde se escapó, permaneciendo actualmente en paradero desconocido--, declaró que el empresario sevillano Javier Villanueva iba a visitarlo y que éstos tenían "una relación sólo de amigos", negando a preguntas de la Fiscalía que el sevillano llevara en sus visitas "nada más grande que un periódico", en alusión a supuestas transferencias de armas.

En declaraciones a Europa Press, Villanueva afirmó que "a la Fiscalía el caso se le está derrumbando, y eso que aún no he empezado a defenderme", refiriéndose a que hasta ahora sólo han declarado los testigos propuestos por la acusación. Criticó la "parcialización" de los jueces y de los medios de comunicación locales, "que hacen su información en base a un boletín que les pasa la Fiscalía, por lo que parece que están informando de otro juicio".

En la sesión de hoy, la cuarta de la vista oral que se celebra en la Corte de Distrito de Santa Cruz (Bolivia), dicha enfermera ratificó que Villanueva y Diodato --prófugo de la justicia y presunto cabecilla de la supuesta banda internacional de la que formarían parte el propio Villanueva, el boliviano Freddy Hurtado, el brasileño Ricardo Borba y el también brasileño y prófugo Sandro de Carvalho-- "hablaban de las cosas típicas entre amigos, de fútbol, mujeres y cosas por el estilo, y sus estancias nunca eran prolongadas".

Otra de las enfermeras de la clínica no pudo asistir al juicio debido al fallecimiento de su padre. Por su parte, un cabo de la Policía, que emitió la orden de captura contra Borba para que éste pagara una infracción de tráfico, llevó a cabo una declaración "contradictoria", según el empresario, "sin ponerse de acuerdo en cuestiones tales como la fecha de la infracción".

El último de los testigos interrogados en la mañana de hoy era el dueño del taxi que Borba conducía. Para la tarde de hoy están previstas las declaraciones de más personas de la treintena que propone la acusación, tales como el dueño de la clínica Bilbao o uno de los heridos por la onda expansiva el día del atentado con un coche-bomba a la fiscal antidroga Mónica Von Borries. De su muerte se acusa a Villanueva, que se enfrenta a una pena de 30 años por asesinato.

Dos de los testigos propuestos por la acusación que declararon ayer negaron reconocer con firmeza al encartado como presente en el atentado, en febrero de 2004. Las declaraciones de estos testigos --un guarda de seguridad de una empresa, a unos 50 metros del lugar en el momento de los hechos, y el hermano de la fiscal fallecida-- se sumaron así a las del brasileño Ricardo Borba, supuesto miembro de la organización criminal que presuntamente causó la muerte y que declaró que "no le vio la cara" a Villanueva, supuestamente presente en el momento de los hechos.

Por otro lado, en la sesión inicial, en la que se llevó a cabo la conformación de las partes, los fiscales leyeron un manifiesto en el que expresaban su intención de "impartir justicia de forma imparcial", pese a las "presiones" recibidas de determinados medios de comunicación e instituciones extranjeras.