Actualizado 17/01/2010 22:04

Los esfuerzos internacionales comienzan a hacerse notar en Haití

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   MADRID, 17 (EUROPA PRESS)

   Cinco días después del terremoto, comienzan a experimentarse los primeros efectos de la respuesta humanitaria en Haití. Los esfuerzos de ayuda parecen cada vez más asentados mientras la masa social haitiana sigue a la espera de la masificación del reparto de la ayuda.

   Al mismo tiempo, no obstante, la Policía comienza a comprobar que las temidas bandas criminales de la barriada de Cité Soleil empiezan a reagruparse después de que el seísmo favoreciera la fuga de los presos más peligrosos del país, un fenómeno que podría dificultar los esfuerzos de ayuda, todavía lastrados por el escaso acceso a las zonas más afectadas.

   El esfuerzo más destacado ha sido el emprendido por la Marina estadounidense, que en las próximas horas espera desplegar unos 10.000 efectivos en suelo haitiano, según informó a última hora del sábado el jefe de Operaciones Navales estadounidense, el almirante Gary Roughead, en un acto de entrada en servicio de un nuevo buque.

   Junto a la llegada de la Marina, fuentes españolas en Haití destacan que, a pesar de las dificultades por el pésimo estado de las comunicaciones, la ayuda comienza a llegar a la población, que está comenzando a salir poco a poco del estado de consternación en el que se encontraba sumida.

   "Aunque se reportan algunos pillajes y vandalismo, sobre todo en la zona comercial del centro, la gran mayoría de haitianos se están comportando con una admirable calma, contrario a lo que leo en algunos periódicos, la gran mayoría de distribuciones de agua y alimentos, se hacen en ordenadas colas y sin violencia", indicó el director de la ONG española CESAL, Jordi Bach, quien ha lamentado la pérdida de la tercera víctima española confirmada en el seísmo, la funcionaria de la Unión Europea Pilar Juárez, cuyo cuerpo sin vida fue extraído de los escombros ayer por la noche.

   No obstante, la Policía haitiana, debilitadísima tras haber desaparecido la mitad de sus efectivos en el seísmo, atestigua cómo las bandas criminales de Cité Soleil se están rearmando y amenazan con emprender una ola de disturbios para arrebatar las escasas posesiones de los supervivientes.

   AYUDA INTERNACIONAL

   "Estamos preparados para permanecer en el país todo el tiempo que sea necesario", afirmó el almirante Roughead en una conversación con periodistas, y añadió que "la devastación... es absolutamente extraordinaria". Según las autoridades haitianas, la cifra de muertos por el terremoto que sacudió el país el pasado martes podría superar las 200.000 personas.

   Roughead afirmó estar satisfecho por la velocidad a que la Marina ha reaccionado frente a la situación de urgencia, que llevó al barco hospital USS Comfort, el más grande de los que dispone Estados Unidos, a zarpar hacia Haití este sábado desde el puerto de Baltimore (costa atlántica estadounidense). Además, el USS Bataan, un buque anfibio en que viajan 2.200 infantes de Marina, se puso en marcha hacia el país caribeño en la mitad del tiempo en que suele desplegarse.

   Junto a la presencia física de las tropas estadounidenses, el presidente estadounidense, Barack Obama anunció ayer la puesta en marcha de un fondo gestionado directamente por sus dos predecesores en el cargo, Bill Clinton y George W. Bush, para recibir donaciones económicas de los estadounidenses quienes, de momento, han enviado más de 10 millones de dólares a través de mensajes SMS en menos de una semana.

   Sin embargo, el estado de las comunicaciones dificulta el reparto de la ayuda. Todos los accesos secundarios a las zonas más afectadas por el seísmo se encuentran bloqueados y el aeropuerto de Haití está completamente saturado. "El aeropuerto de Puerto Príncipe no tiene capacidad para gestionar tantos aviones (de ayuda)", declaró el director de la autoridad civil aeroportuaria de República Dominicana, Juan Carlos Porcella. "Tienen aviones que llevan horas en la pista de aterrizaje. Nadie quiere asumir la responsabilidad de descargar".

   Por ello, las autoridades haitianas y dominicanas planean abrir un corredor humanitario por tierra desde Barahona (sur de República Dominicana) hasta la capital de Haití. Esta ruta, no obstante, no comenzará a funcionar hasta que no sea debidamente protegida por las fuerzas de paz de Naciones Unidas.

   El Gobierno español, que ostenta la Presidencia de turno de la UE, ha hecho acto de presencia a través de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien dijo hoy al llegar a Puerto Príncipe que tanto España como la Unión Europea "no van a fallar" a los haitianos.

  "Desde el primer momento hemos puesto todo lo que hemos podido de nuestra parte para tratar de contribuir a paliar las consecuencias devastadoras de este gran desastre. Pueden tener la seguridad de que España, la UE no les van a fallar", aseguró la vicepresidenta, como representante de la Unión, nada más llegar a Puerto Príncipe para examinar cómo ha quedado el país caribeño tras el terremoto.

   En un plano espiritual, el Papa Benedicto XVI renovó hoy su llamamiento a la comunidad internacional y a las distintas organizaciones humanitarias para ayudar a la población de Haití en estos momentos de "inmensas necesidades". El Pontífice pronunció estas palabras con ocasión del rezo del Ángelus, que como cada domingo, presidió desde la ventana de su estudio ante los miles de peregrinos que se habían congregado en la plaza de San Pedro del Vaticano.

   "Nuestro pensamiento, en estos días, se dirige a la amada población de Haití". "Sigo y doy ánimos a los esfuerzos de las numerosas organizaciones caritativas que se están haciendo cargo de las inmensas necesidades del país", dijo.

   REORGANIZACIÓN CRIMINAL

    Mientras tanto, miembros de las bandas armadas de la barriada haitiana de Cité Soleil han comenzado a reagruparse tras el seísmo, que entre el caos y la devastación provocó también daños materiales a la Penitenciaría Nacional de Haití y permitió la fuga de 3.000 prisioneros, muchos de ellos miembros de estos grupos, que llevan todos estos días destruyendo los archivos criminales en los que se encuentran sus antecedentes.

   La pacificación de Cité Soleil había sido uno de los pocos logros indiscutibles del presidente René Preval, desde su asunción del cargo en el 2006, hasta que el terremoto devastó Puerto Príncipe. Ahora, "es natural que vuelvan" porque "siempre ha sido su bastión", señaló un agente de Policía en referencia a la barriada, en la que habitan 300.000 personas. El agente y sus compañeros, que pidieron no ser nombrados porque no estaban autorizados para hablar sobre la volátil situación en Ciudad del Sol, advirtieron de que las bandas ya han comenzado a dejarse ver desde el terremoto.

   Si la violencia explota a gran escala, sumada al caos y los saqueos que han crecido hora a hora en Puerto Príncipe desde el temblor, el restablecimiento de la ley y el orden en la capital haitiana podría suponer un durísimo desafío para las debilitadas fuerzas de seguridad.