Actualizado 21/08/2008 23:03

España.- El canciller chileno desmiente que un compatriota haya fallecido en el accidente de Barajas


SANTIAGO, 21 Ago. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Claudia Riquelme) -

El ministro chileno de Asuntos Exteriores, Alejandro Foxley, desmintió hoy que haya un chileno entre los fallecidos en el accidente aéreo del avión de Spanair ocurrido ayer en el Aeropuerto de Barajas, en el que perdieron la vida 153 personas.

De esta forma, el canciller chileno desvirtuó la información que había entregado ayer un sujeto aún no identificado a la televisión estatal de este país sudamericano, quien se hizo pasar por el cónsul en Madrid y aseguró que entre las víctimas había un ciudadano chileno y que éste viajaba con un hijo menor de edad, el que también habría fallecido.

"Todavía no se ha entregado por parte de la aerolínea una lista

oficial de los pasajeros, tampoco hay ninguna persona en Chile que

pudiera ser familiar de alguien que hubiera estado viajando ese día",

dijo Foxley en Santiago.

"En resumen, no tenemos ningún dato que permita en estos momentos

decir que alguna persona de nacionalidad chilena estuviera en ese

avión y que por lo tanto pudiéramos tener que lamentar su

fallecimiento", precisó.

EX AGENTE

El falso cónsul que habló con la televisión estatal chilena se

identificó con el nombre de Carlos Montenegro y dijo que el fallecido

era Juan José Soto Vargas, chileno radicado en Alemania y quien habría sido exililado durante la dictadura pinochetista.

Medios locales han informado este jueves que Juan José Soto Vargas es un ex agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), órgano represor de la dictadura.

Soto, quien habría sido responsable de otras falsas noticias en años anteriores, ha intentado sin suerte acceder a los beneficios que los gobiernos democráticos han entregado a quienes perdieron sus trabajos durante la dictadura militar.

Tal como lo informó el falso cónsul, el ex agente sí vivió en

Alemania, pero no exiliado, desde 1981. En 1989 pidió asilo político

en Suecia.

La web "Memoria Viva", que recopila información sobre las víctimas de la represión, indica que Soto, mientras vivió en Europa, "continuaba espiando a los exiliados para entregar información a sus antiguos jefes".

En 1986, el ex agente pidió asilo en Bolivia, hasta donde llegó

asegurando que había sido encarcelado por pedir una salida al mar para la nación altiplánica.