Actualizado 07/03/2006 17:51

España.- Los españoles perciben una "invasión pacífica" pero confían en integración de los inmigrantes, según un estudio


MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los españoles tienen la impresión de estar viviendo en sus barrios un proceso "muy rápido e intenso" de vecindario a consecuencia de la inmigración, que definen como una "sensación de invasión pacífica".

No obstante, confían en su futura integración, gracias a la convivencia de las generaciones más jóvenes, según un estudio presentado hoy por la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí.

Se trata de un estudio cualitativo de opinión pública, patrocinado por el Observatorio Permanente de la Inmigración, que reúne los trabajos de varias investigaciones realizadas entre 2000 y 2004 con inmigrantes y residentes en barrios en los que la densidad de estos residentes es superior a la media, en Alicante, Barcelona y Madrid.

Según las responsables del informe, las sociólogas Carmen González Enríquez y Berta Álvarez-Miranda, los españoles ven de manera negativa aspectos que afectan a la convivencia, como la música alta de los vecinos, las formas distintas de concebir la limpieza o lo usos distintos de las zonas y parque públicos por parte de los inmigrantes.

Los residentes en estos barrios también perciben un deterioro de los servicios públicos y ven que la Administración prima a los inmigrantes a la hora de recibir determinadas prestaciones, por su menor nivel de renta. Asimismo, los estudios muestran el recelo existente entre los propietarios de comercios ante la competencia de las tiendas regentadas por extranjeros.

Mientras tanto, los inmigrantes, en líneas generales, perciben el recelo con que son mirados por los españoles y sienten con orgullo los rasgos diferenciales de su cultura. Al mismo tiempo, se ven capaces de flexibilizar sus costumbres para adaptarlas alas de la sociedad española.

PÉRDIDA DE VIDA SOCIAL EN EL BARRIO

Las responsables del informe ven con optimismo la percepción compartida entre españoles y extranjeros de la pérdida de vida social en sus barrios, unos porque añoran los modelos de convivencia en el pasado y otros porque echan de menos la forma de vida en sus países.

En este sentido, creen que los problemas actuales "podrían resolverse por la vía de la conciliación y con políticas sociales de intermediación social".

Las autoras advierten de "posibles procesos" de formación de guetos que se pueden estar iniciando ya en las ciudades españolas, en particular en Madrid y Barcelona, comparables a laos que se han dado en el pasado en otras ciudades europeas y norteamericanas de elevada inmigración.

Por su parte, Consuelo Rumí subrayó la apuesta del Gobierno por impulsar políticas de inmigración y rechazó los "estereotipos" que se crean los españoles a partir de experiencias negativas que contrastan con la "percepción individualizada" a partir de la convivencia