Publicado 28/07/2025 16:17

Un estudio revela que el genoma de la merluza desvela los mecanismos que determinan su género

Merluccius merluccius (merluza europea) en la Sala Maremagnum del Aquarium Finisterrae, en A Coruña, Galicia, España.
Merluccius merluccius (merluza europea) en la Sala Maremagnum del Aquarium Finisterrae, en A Coruña, Galicia, España. - FERNANDO LOSADA RODRÍGUEZ

   MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC) y el Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG), ha identificado el mecanismo que determina el sexo de la merluza europea a partir del ensamblado de su genoma, según informa en un comunicado el CNAG.

   La investigación ha sido publicada en la revista científica 'G3: Genes|Genomes|Genetics' de Oxford Academic. Los principales firmantes del artículo, el catedrático de Genética de la USC, Paulino Martínez y Fran Saborido, del CSIC, explican que esta información "será de gran utilidad para la gestión pesquera de la merluza europea en el contexto del cambio climático, donde las herramientas de identificación sexual no invasivas son esenciales".

   La merluza europea (Merluccius merluccius) cuenta con un extenso hábitat, que abarca desde el mar Mediterráneo hasta el océano Atlántico nororiental, y desde las costas de Noruega e Islandia hasta el golfo de Guinea, por lo que se ha convertido en una especie de "gran valor comercial". Sin embargo, décadas de una intensiva presión pesquera la han llevado a ser considerada como una especie sobreexplotada. De esta forma, conocer mejor su biología y genética es clave para mejorar su gestión y garantizar su sostenibilidad a largo plazo, según los investigadores.

    La merluza es una especie gonocorista, lo que implica que haya machos y hembras, y esta diferencia se manifiesta de forma muy visible, ya que las hembras alcanzan mayores tamaños y pesos que los machos. De esta forma, disponer de una herramienta para conocer su sexo supondría un gran paso para la gestión de sus pesquerías, sobre todo teniendo en cuenta el sesgo en la pesca de ejemplares por tamaño, y los problemas asociados a la reversión sexual debidos a contaminantes presentes en el medio marino y relacionados con el incremento de temperatura por el cambio climático, como explica el estudio.

   A diferencia de los mamíferos y aves, con un sistema de determinación sexual genético altamente conservado, en los peces este proceso es muy diverso y además influenciable por factores ambientales como la temperatura. Hasta la fecha, se han identificado hasta 27 genes diferentes que regulan el sexo en los peces, presentando incluso variaciones dentro de un misma familia.

   Además de la genética, hay especies en las que el sexo viene determinado por factores ambientales, como la temperatura o el contexto social. En otras, como los hermafroditas secuenciales, pueden nacer machos y convertirse en hembras o a la inversa.

   A través del mapa de ADN de la merluza, se ha logrado esclarecer por qué unos ejemplares son hembras y otros son machos. En este sentido, se ha ensamblado el genoma de merluza en los 21 cromosomas de su cariotipo alcanzando un tamaño de 715 millones de bases (Mb) y en el que se han podido anotar 26.625 genes codificantes de proteínas. Se trata de un genoma pequeño, unas cuatro veces menor que el genoma humano (3000 Mb), pero con tan solo dos cromosomas menos y un mecanismo para determinar el sexo también parecido.

   Tomando como referencia este genoma, se comparó el ADN completo de cinco machos y de cinco hembras para buscar diferencias relacionadas con el sexo. Así, se localizó una región en el cromosoma 9 de aproximadamente unos 10 Mb que incluía varios genes implicados en el desarrollo de los órganos reproductores. En particular, muy próximo al gen sox3 (homólogo del srY de mamíferos), se identificaron variaciones genéticas muy pequeñas (cambios en una sola base del ADN).

    Estas diferencias revelaron un patrón claro: los machos son heterocigotos (con dos versiones distintas del gen) y las hembras son homocigotos (con dos copias iguales). El hallazgo de la investigación apunta a un sistema de determinación del sexo XX/XY, como el de los seres humanos, y fue confirmado más adelante con una muestra mucho mayor de ejemplares de distintos sexos.

    El líder del equipo de Ensamblaje y Anotación del Genoma en CNAG y autor del estudio, el doctor Tyler Alioto, concluye que "hasta ahora era un completo misterio cómo esta especie tan conocida determina su sexo". "Gracias a técnicas avanzadas de secuenciación, hemos descubierto esta información clave que ayudará decisivamente a su conservación y protección", ha destacado.

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