LA PAZ, 28 Sep. (Notimérica) -
Parece paradójico que en una tierra en la que la pobreza es protagonista --de hecho, un lugar que concentra las tasas de pobreza más altas de todo América del Sur--, se encuentre al mismo tiempo la cuna de uno de los mejores vinos del mundo.
Bolivia, de tradición cocalera por excelencia, ha resultado ser, por sorpresa, un país exportador de vinos con una asentada labor vinícola. Tal y como cuenta The New York Times, parte de este éxito se debe al experto holandés Cees van Casteren.
El pasado mes de marzo, Casteren viajó a Bolivia y realizó una cata de vinos tannat procedentes de todo el mundo. El ganador fue 'La Tyre', de Chateau Montus en Madiran, una región francesa experta en esos vinos tintos, pero el que más sorprendió, sin duda, fue 'Único', de Campos de Solana.
"Se puede decir, en cierto sentido, que Bolivia ganó el concurso", dijo Van Casteren al citado medio. 'Único' obtuvo el segundo lugar, y resultó ser un caldo cuyo precio en las tiendas de Tarija es de 150 dólares menos que su inmediato superior, 'La Tyre'.
Van Casteren ha trabajado durante los últimos ocho años como consultor del Gobierno holandés, ayudando a los productores bolivianos a mejorar sus productos para exportación. Después de estos años, ha conseguido que cinco marcas de las 65 bodegas que hay en Bolivia exporten al exterior.
Ahora el vino boliviano tiene presencia en Estados Unidos, Brasil, Europa y China, donde poco a poco comienza a servirse en bares y restaurantes, como ya se hace en 'Gustu', el establecimiento de Claus Meyer en la ciudad de La Paz que solo sirve caldos nacionales.
Si bien Bolivia cuenta con muchos menos recursos vinícolas que otros países, la expansión y fama del mundo del vino es paulatina.
Tal y como señala The New York Times, los viñedos de Bolivia solo equivalen a alrededor del 1,5 por ciento de las más de 200.000 hectáreas en Argentina; asimismo, la producción anual boliviana es de 8,3 millones de litros, una ínfima parte de los 25.000 millones de litros mundiales.