Actualizado 16/01/2015 23:00

Factores genéticos y ambientales en el consumo de alcohol de adolescentes

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Foto: B ROSEN/FLICKR

MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -

   El consumo de alcohol suele comenzar durante la adolescencia, dentro de contextos sociales, y a menudo se correlaciona con la ingesta que hacen los amigos.

   Un nuevo estudio sobre cómo el consumo de alcohol de una persona se relaciona con lo que beben sus pares desde la primera adolescencia hasta la edad adulta temprana ha encontrado que tanto los factores genéticos como ambientales contribuyen a la correlación entre el propio consumo y el de los compañeros.

   "Los compañeros pueden influir en el consumo de alcohol de los adolescentes de diferentes maneras", señala Alexis C. Edwards, profesor asistente en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad Commonwealth de Virginia, Estados Unidos, así como autor de este estudio, cuyos resultados se publican en la edición digital de febrero de 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research'.

   "La presión de grupo puede darse en ambas direcciones: algunos niños se sienten presionados y otros son los que ejercen la presión por la razón que sea. La presión de grupo no tiene que ser explícita, sino que los niños pueden percibir una presión nunca verbalizada. Otra forma en que los compañeros pueden influir en la ingesta de alcohol es simplemente proporcionando acceso a las bebidas", explica este experto.

   "Además, la conducta de beber adolescente a menudo se produce en el contexto de los grupos de pares y no en situaciones solitarias. Por lo tanto, es importante no pasar por alto el papel que la selección juega en todos estos escenarios: en diverso grado, los niños eligen a los compañeros con los que pasar el rato, lo que a su vez tiene consecuencias sobre el consumo de alcohol", detalla.

   "Hemos examinado a hombres simplemente porque sólo teníamos los datos necesarios para los hombres. Sería muy interesante ver si los mismos patrones se mantienen entre las mujeres, debido a que hay algunas diferencias en las conductas de consumo de alcohol por sexos", señala el pofesor asistente del Departamento de Psicología y Neurociencia de la Universidad de Baylor, en Waco, Texas, Estados Unidos, Shawn J. Latendresse.

   Edwards y sus colegas utilizaron datos recogidos en el 'Wave Three of the Virginia Adult Twin Study of Psychiatric and Substance Use Disorders'. A partir de ese estudio de gemelos caucásicos adultos, los investigadores analizaron datos de una muestra de 1.790 hombres, siempre mediante entrevistas clínicas estructuradas que incluyeron informes retrospectivos de su propio consumo de alcohol, así como de las conductas de sus compañeros respecto al alcohol desde la adolescencia a la edad adulta, entre las edades de 12 a 25 años.

   Según Edwards, hay dos mensajes. "En primer lugar, los factores genéticos y ambientales contribuyen a la correlación entre el consumo propio y el de sus pares. En segundo lugar, aparte de estas cargas genéticas y ambientales compartidas, hay procesos causales en juego: su propio fenotipo de consumo de alcohol hace que elija a compañeros según su manera de beber y la forma de consumir alcohol de sus compañeros influye en su manera de beber".

EVIDENCIA DE INFLUENCIAS CRUZADAS

   "Lo más notable, desde la perspectiva de la ciencia del desarrollo, es el hecho de que este estudio proporciona evidencia inicial de influencias bidireccionales entre los comportamientos de consumo de alcohol de los individuos y sus compañeros", añade Latendresse.

   "Sin embargo, a pesar de que las influencias genéticas aumentan a través de la adolescencia, la mayor parte de los cambios en el consumo de alcohol sigue siendo atribuible a factores ambientales. Esto es particularmente alentador, ya que existe un gran potencial dentro de la comunidad de investigación para identificar aspectos modificables del entorno que pueden luego servir como foco de los esfuerzos de prevención/intervención", subraya.

   Tanto Edwards como Latendresse destacan el hallazgo de un claro incremento de la influencia de los factores genéticos conforme los adolescentes pasan a la edad adulta y la correspondiente disminución de la influencia de los factores ambientales compartidos. "El aumento de la importancia de los factores genéticos es bastante típico --afirma Edwards--. A medida que envejecemos y ganamos más autonomía, nuestro comportamiento es impulsado más por nuestras propias cargas genéticas y estamos menos influenciados por el entorno familiar".

   "En general, conforme los gemelos maduran y se vuelven más independientes entre sí, por ejemplo, asisten a universidades diferentes, viven en casas separadas, tienden a compartir menos las influencias dentro de sus entornos físicos y sociales, mientras que sus similitudes genéticas se mantienen constantes", apunta Latendresse. "Por supuesto, aspectos singulares de los ambientes de los gemelos son tan influyentes como su biología compartida, y muchas veces más, cuando se trata de su propio consumo de alcohol y el consumo percibido de sus compañeros", dice.