Publicado 07/07/2015 14:44

Las 5 formas en las que la falta de energía afecta a la mujer

A woman carries wood for fuel at the San Juan de Oriente town
OSWALDO RIVAS / REUTERS

   MADRID, 7 Jul. (Notimérica) -

   Disponer de un acceso suficiente a la energía es una de las claves que deben garantizar los gobiernos para poder lograr un mayor bienestar y unas condiciones de vida más saludables entre sus ciudadanos.

   Durante los últimos años, la desigualdad energética ha causado serios problemas en la salud básica de los países y colectivos más vulnerables. Las mujeres han sido, sin lugar a dudas, las más afectadas por este problema.

   Las malas condiciones en el parto o el cáncer de mamá siguen siendo a día de hoy dos de las causas más importantes para la mortalidad femenina, como consecuencia de la falta de recursos económicos y energéticos.

   Por este motivo, algunos colectivos como 'Sustainable Energy for All' ('Energía Sostenible para Todos') buscan conseguir un acceso universal a los sistemas modernos energéticos para el año 2030.

   Uno de los focos de la organización para este 2015 ha sido buscar la relación entre la escasez energética y la estabilidad y salud de la mujer.

   "Detrás de la creación de trabajo, el crecimiento económico, la seguridad y el poder de la mujer se encuentra la energía, que supone el corazón de muchos países y uno de los intereses clave", señaló la organización a través de su página web.

   El proyecto, creado en 2011 por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, busca "incrementar el acceso a la energía y a aquellos servicios sanitarios que dependen de ella, con especial relevancia de aquellas mujeres que disponen de rentas medias y bajas", destacó el colectivo.

LAS CINCO FORMAS EN QUE LA ESCASEZ ENERGÉTICA AFECTA A LA MUJER.

   1. SEGURIDAD: La labores fuera del hogar, como la recogida de agua, de leña o la búsqueda de combustible, llevan a que mujeres y niñas se trasladen a zonas aisladas donde corren el riesgo de sufrir acoso, secuestro o incluso violaciones.

   2. HUMOS DE LA COCINA: Más de cuatro millones de personas mueren cada año como consecuencia de los humos generados en fuegos. En algunas zonas, las mujeres que deben trabajar en la cocina deben absorber humos perjudiciales para su salud.

   Los fuegos rudimentarios generan emisiones de CO2, que pueden resultar muy perjudiciales para la salud de mujeres y niñas. La falta de acceso a la electricidad, impide que estas personas cambien su sistema de cocinado.

   3. EL PARTO: Las mujeres de las zonas rurales suelen dar a luz en hospitales que, en algunas ocasiones, no cuentan con la electricidad necesaria para atender a sus pacientes.

   La vida de madres e hijos es puesta en riesgo y esto implica que las tasas de mortalidad infantil y femenina se incrementen en las zonas con menor acceso energético.

   Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2013, casi 30.000 mujeres murieron durante el embarazo y el parto. Además, con la falta de los recursos energéticos necesarios las lesiones e infecciones se vuelven muy frecuentes.

   4. El CÁNCER DE MAMA: Esta patología, una de las más mortíferas para la mujer, junto al cáncer de cuello de útero, requieren del acceso a suficientes recursos energéticos para poder lograr una rápida detección y curación.

   Además, otras enfermedades como el ébola también parecen tener una incidencia mayor en mujeres que en hombres.

   Según la American Cancer Society la supervivencia al cáncer de mama depende en gran medida de la etapa en la que ha sido descubierto. Si no existen los elementos necesarios para un diagnóstico temprano, estas probabilidades se reducen.

   5. LAS OPORTUNIDADES ECONÓMICAS: Las mujeres que viven en las zonas rurales suelen realizar labores exclusivamente en el hogar. La falta de eficiencia económica provoca que estas mujeres no pueden establecer pequeños negocios que les permitirían alcanzar una mayor independencia económica.

LA SITUACIÓN EN AMÉRICA LATINA.

   En algunos países de América Latina se ha explotado el uso de las energías renovables para poder resolver la carencia de energías convencionales.

   En 2012, se creó en Haití el Programa de Emergencia para la Generación de Energía, que permitió que enfermeras del país trabajaran durante los partos por la noche en condiciones más seguras.

   La pobreza energética es un problema que afecta muchas mujeres y niñas latinoamericanas, que ven sus recursos y posibilidades de futuro mermadas por la falta de acceso a la energía.